A propósito de la presentación, el 19 de Febrero, del estudio Constructing private governance: the rise of forest , coffee and fisheries certification. Presentada por el profesor de la Universidad de Carleton, Graeme Auld, Ingeniero ambiental y Doctor en Gobierno Ambiental, evento auspiciado por la cátedra corona de la Universidad de los Andes:
El profesor realizó una exposición general del proceso de formación de las organizaciones que otorgan las certificaciones en tres industrias (Maderera-forestal, Cafetera y pesquera), mostrando las diferencias en el enfoque que tienen las organizaciones y la manera en que se formaron, es decir si se conformaron con carácter de ser certificadores globales o locales. Así mismo se profundizó en el por qué existen varias organizaciones para un mismo sector mientras en otros existen certificaciones únicas. Ejemplo de ello es el hecho de que en la industria maderera y forestal solo existan 2 certificaciones que manejan el 33% de la industria a nivel global, mientras en las pescaderías y la industria cafetera existen hasta 6 programas globales que manejan el 17% y 16% respectivamente, del mercado global (Auld, 2014).
Adicionalmente se realiza un recuento histórico del surgimiento de estas organizaciones que se acreditan para poder certificar a los operadores y productores. Los enfoques que suelen llevar a la creación de estas organizaciones van desde garantizar procesos, generar política pública sobre la industria en la que operan, hasta garantizar estándares sociales y ambientales. Una de las conclusiones más importantes de este estudio, que será publicado el próximo mes, es el hecho de que, es la demanda de las diferentes industrias por estas certificaciones la que hace más fácil o más compleja la creación de organizaciones que certifican. Es así como se explica que existan mayores programas de certificación en ciertas industrias. A continuación se presentaron las barreras para que un programa de certificación se vuelva global siendo estas: el costo de cambio de procesos en la industria sea muy alto, cuando no se evidencia un producto diferenciado teniendo o no la certificación y cuando existen programas locales que se ven amenazados.
Esperamos poder conocer el estudio en detalle tras su publicación, lo que si vale la pena preguntarse es si estas certificaciones que llevan tanto tiempo en Europa y Estados Unidos son valoradas en Colombia y América Latina en general, dado que en el mercado los consumidores no han sido educados para valorar este tipo de diferenciadores de productos. De hecho la tarea todavía es larga si tenemos en cuenta que según el estudio, ciudades de chocolate, que se está realizando desde la Universidad de Stanford en cabeza de la profesora Ximena rueda (Profesora de la facultad de administración de la Universidad de los Andes) se ha encontrado que los comercializadores globales de cacao no valoran el producto autóctono que tiene propiedades organolépticas de mejor calidad que el cacao común (Cacao CCN 51). Vale la pena discutir si las organizaciones que otorgan la certificación se deben centrar solo en la producción o si deben llegar al consumidor final para que este esté dispuesto a pagar un mayor precio por un producto certificado. Tal es el esfuerzo que se ha hecho con la certificación Fair trade.