La historia nos ha enseñado que “con mucha frecuencia, a veces demasiada, un producto se ve atropellado por aseveraciones no siempre ciertas”[1]; condenándolo a llevar una mala reputación durante largos años. De los primeros ataques en contra de las plantaciones de palma africana se evidencia la propiciada por los cultivadores de soya de los Estados Unidos, quienes la juzgaban como un veneno. Se decía que el aceite de palma, al igual que el de coco, eran “culpables de elevar los niveles de colesterol en la sangre y de ser altamente perjudicial para la salud humana”[2]1. En Colombia la situación no ha sido distinta, la imagen de la industria ha sufrido mucho por parte de otros gremios agrícolas, los ambientalistas y las guerrillas – ELN, EPL y FARC.
Para los ambientalistas, el cultivo de palma provoca serios problemas medioambientales como la deforestación, la contaminación del aire y del aire o las sequías. Esto le ha agregado aún más mala reputación de la que se tenía. Sin embargo, los colombianos debemos entender que vivimos en un país donde nuestros principales recursos no vienen de las urbes, sino del campo. Los recursos naturales y la agricultura son fundamentales para el desarrollo económico del país y tiene una relevancia estratégica como generador de empleo en el área rural. Por su lado, el sector palmero “genera aproximadamente 135.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos y apoya a más de 6.000 pequeños productores.”[3] (Jens Mesa, presidente de Fedepalma).
Por otro lado, se encuentra, las guerrillas, entre ellas las FARC; quienes desde que comenzó el Plan Colombia del gobierno Pastrana, han atacado la idea de muchos empresarios de los subsectores de palma, cacao, caucho, etc. de sustituir cultivos ilícitos por cultivos legales generadores de empleos y grandes utilidades. “Claramente, a las FARC no les gustaba este modelo ya que les redujo –en menos de diez años-, unas 100 mil hectáreas de coca” que pudieron ser exportadas a mercados internacionales generando así millones y millones de dólares. “Tal vez por ello, comenzaron a través de varias ONG, congresistas y sus periodistas/columnistas de un par de medios importantes del país, una campaña mediática de desprestigio contra los empresarios de la palma y otros gremios de la producción agropecuaria. Como en este país, una calumnia la convierten en verdad en menos de dos horas, alcanzaron a estigmatizar a los empresarios de la palma como despojadores de tierras y deforestadores de bosques naturales. Nada mas perverso y lejano de la realidad”[4].
La realidad de la palma de aceite y del país es otra de la que nos quieren hacer ver los distintos intereses personales otros gremios agrícolas y las FARC. La situación real es que el sector palmero “conforma la mejor comunidad agrícola de Colombia, nunca promueven paros, contribuyen con la preservación del medio ambiente, ayudan a sustituir cultivos ilícitos, reactivan la economía en zonas apartadas y garantizan el aceite de cocina y el biocombustible a 47 millones de colombianos”[6]. Adicionalmente, los aceites de palma crudo y rojo son la fuente más rica en precursores de la vitamina A, que son potentes agentes antioxidantes. Esta característica hace del aceite de palma un preventivo contra la ceguera nocturna consecuente de la desnutrición y de la falta de vitamina A. Se considera que la falta de vitamina A es un problema de salud pública en 60 países, y pone en riesgo la vida y la visión de aproximadamente 250 millones de niños en edad preescolar[7]. Inclusive, investigaciones mundiales reiteran que el aceite de palma reduce los niveles de colesterol sanguíneo.
En conclusión, más que un problema, el cultivo de palma de aceite debe ser una solución para el país. Ahora que estamos a punto de firmar la paz, en La Habana deben estar pensando en implementar un modelo asociativo que pueda garantizar a largo plazo una vida digna a los 8000 reinsertados. La cuestión de integrar victimas y victimarios no será un tema fácil, pero para que el país salga adelante se debe diseñar una política agraria sostenible y rentable de los agro negocios a largo plazo. “En términos prácticos, hay que destinar 800 mil hectáreas, ocho mil viviendas y garantizar los recursos de inversión para subvencionar insumos agrícolas, semillas, instalación de sistemas de riego, compra de maquinaria, equipos e infraestructura de almacenamiento de alimentos, líneas de crédito a largo plazo, transferencia de tecnología y un mecanismo de sustentación de precios de mercado. Es así como se resuelve este problema del post conflicto, porque nadie en Bogotá, les va a dar empleo a estos reinsertados.[8]”
Bibliografía
Nota: Imagen Inicial de Duncan Gromko, 2015. Disponible en: http://latinamericanscience.org/palma
[1] Moanack, G. (2000). El Tiempo. Revaluando la imagen de un aceite. Tomado el 29 de enero de 2016 de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1234594
2 Moanack, G. (2000). El Tiempo. Revaluando la imagen de un aceite. Tomado el 29 de enero de 2016 de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1234594
[3] Redacción Negocios. (2013). El Espectador. El modelo que genera polémica. Tomado el 29 de ene. de 16 de: http://www.elespectador.com/noticias/economia/el-modelo-genera-polemica-articulo-445381
[4] Dangond, I. (2015). El Espectador. El aceite del post conflicto. Tomado el 29 de ene. de 16 de: http://www.elespectador.com/opinion/el-aceite-del-post-conflicto-columna-549246
[5] Redacción Negocios. (2013). El Espectador. El modelo que genera polémica. Tomado el 29 de ene. de 16 de: http://www.elespectador.com/noticias/economia/el-modelo-genera-polemica-articulo-445381
[6] Dangond, I. (2015). El Espectador. El aceite del post conflicto. Tomado el 29 de ene. de 16 de: http://www.elespectador.com/opinion/el-aceite-del-post-conflicto-columna-549246
[7] Moanack, G. (2000). El Tiempo. Revaluando la imagen de un aceite. Tomado el 29 de enero de 2016 de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1234594
[8] Dangond, I. (2015). El Espectador. El aceite del post conflicto. Tomado el 29 de ene. de 16 de: http://www.elespectador.com/opinion/el-aceite-del-post-conflicto-columna-549246
[9] Procolombia. Agroindustria. Aceite de Palma. Tomado el 2 de febrero de 2016 de: http://ue.procolombia.co/sites/default/files/imagecache/Interna_600x226/PALMA.jpg