Al contrario de los censos pasados, este cubrió el 100 por ciento de los municipios nacionales, distribuidos en los 32 departamentos. El estudio contó con 25.000 censistas que recorrieron 113 millones de hectáreas de campo puro, es decir, lo que va más allá de las cabeceras y los centros poblados. Los datos revelados por el DANE evidencian que la situación del campo está más dura de lo que muchos imaginaban.
Imagen tomada de: http://agenciadenoticias.unal.edu.co/typo3temp/_processed_/csm_AgenciaUN_0203_1_33_89bd059491.jpg
El estudio muestra un gran atraso del sector al igual que una gran desigualdad. Se encontró que en 2014 20% de la población entre los 5 y 16 años no asistía a ninguna institución educativa. Se conoció que el 73% de los jóvenes entre 17 y 24 años no tenían acceso a la educación y que el 11,5% de la población campesina mayor de 15 años no sabe leer ni escribir. Adicionalmente, se evidenció que la educación básica primaria es el mayor nivel educativo para cerca de la mitad de los jefes de hogar.
En salud los datos son un poco más alentadores. Se conoció que el 96% de los jefes de hogar se encontraba afiliados a algún sistema y que la calidad de vivienda ha mejorado en los últimos diez años.
Se evidenció también un bajo nivel de capitalización entre los campesinos. El 83% de los productores declaró no tener posesión sobre maquinaria ni infraestructura agropecuaria. Más aún quedó en evidencia que existe una baja solicitud de créditos y poca asistencia técnica para el desempeño actividades de la industria.
Imagen tomada de: http://s3.amazonaws.com/contextoganadero.com/s3fs-public/styles/noticias_one/public/reportajes/field_image/agro_reportaje_inicio.jpg?itok=ftRMeTr-
El censo confirma el hecho de que el país destina grandes extensiones de tierra a la ganadería y mucho menos a la agricultura. Del total del área ocupada, el 80,4% se dedica a pastos y el 19,1% a siembras. De ese porcentaje de siembra, el 75,8% es destinado a cultivos permanentes mientras que el 16% corresponde a cultivos transitorios. De los cultivos permanentes se destacan la caña, la palma, el caucho, el banano, las flores y el café. Por otro lado, los principales cultivos transitorios en el país son el maíz, la soya, la papa, el arroz, las hortalizas y las verduras. Cabe resaltar que este último tipo de cultivo es indispensable para la estructura productiva agrícola ya que permite al agricultor cambiar rápidamente de producto, dependiendo de las rentabilidades, las condiciones climáticas y las circunstancias del mercado. Para agregar, según el presidente de la SAC, Rafael Mejía, “si estos cultivos transitorios crecieran más, no estaríamos importando el 28% de la comida”. Inclusive se conoce que, a pesar de la falta de acceso a la tierra, el 70% de los alimentos que se producen en el país vienen de pequeños campesinos.
Un dato muy interesante que muestran los estudios sobre el campo colombiano es que “a Colombia le sobra mucha ganadería. De 39,2 millones de hectáreas utilizadas para esta actividad, solo 21 son aptas para ella. Por otro lado, de las 21,5 millones de hectáreas de tierra con capacidad agrícola, solo se utilizan 4,9. No obstante, una hectárea de agricultura genera 12,5 más valor que una de ganadería.”[1]
Imagen tomada de: http://imagenes.colombia.interlatin.com/sdi/2014/02/04/18a0aeb554df4751a22426b82e659129.jpg
Otro dato que arrojó el censo y que preocupa es el hecho de que la población rural ha envejecido. Esto demuestra que la fuerza de trabajo joven está abandonando el campo continuamente por la falta de oportunidades en este. Esto es muy entendible ya que por ejemplo, el ingreso promedio de un campesino en 2009 era de 220.000 pesos, mientras que en la ciudad el promedio alcanzaba los 668.000 pesos. Por otro lado, se conoció que en los últimos diez años la participación de mujeres como jefe de hogar en el campo ha incrementado a un 28% y en general el 24% del total de trabajadores en producciones agrícolas permanentes son mujeres.
Más aún, otros estudios diferentes al censo dicen que “más que pobreza, en el campo colombiano hay indigencia. Estudios arrojan que en las ciudades los pobres son el 30% y los indigentes el 7%. En el campo la realidad es otra, los pobres son el 65% y los indigentes el 33%. Este es el resultado de décadas de abandono y olvido.”[2]
En consecuencia, lo más importante de este estudio es que el gobierno tiene un diagnostico mas real de la situación del campo para poder lanzar políticas públicas que se requieren. Esto será esencial en el posconflicto pues la realidad es que Colombia debe volcarse hacia el campo si quiere ser un país con mas equidad y en paz.
Bibliografía
(2015). Revista Semana. Una radiografía al campo colombiano. Tomado el 25 de feb. de 16 de: http://www.semana.com/economia/articulo/campo-colombiano-en-la-pobreza/438618-3
[1] (2012). Revista Semana. Así es la Colombia rural. Tomado el 25 de feb. de 16 de: http://www.semana.com/especiales/pilares-tierra/asi-es-la-colombia-rural.html
[2] (2012). Revista Semana. Así es la Colombia rural. Tomado el 25 de feb. de 16 de: http://www.semana.com/especiales/pilares-tierra/asi-es-la-colombia-rural.html