Mientras no haya un trabajo de fondo con las poblaciones que habitan los bosques, donde se restaure la confianza y se ofrezcan alternativas productivas viables y se resuelvan sus necesidades básicas, incluyendo el derecho a la tierra, no se podrá hablar de conservación;pues el estado colombiano tiene una deuda inmensa con las personas de esta región (la cual en su mayor extensión se localiza en Reservas Forestales de Ley Segunda de 1959), que por demás han sido abandonadas e invisibilizadas.
Esta misma suerte han corrido los bosques de la Serranía, que ahora son considerados un hotspot de deforestación, es decir, un lugar con gran biodiversidad pero que a su vez tiene una gran amenaza, como lo señaló Esteban Álvarez, investigador del Jardín Botánico de Medellín en su exposición de porqué un Redd+ para San Lucas.
Entre el 2005 y el 2010, en la parte de San Lucas que corresponde al Departamento de Antioquia, se pasó de tener 173.037 ha de bosque a 53.379 ha, lo que equivale a una pérdida del 69,15%.
Corantioquia, el Jardín Botánico de Medellín y la Fundación Natura, entidades que adelantan el proyecto piloto de REDD+ en esta zona, insistieron en que los mercados de carbono forestal son un componente más dentro de la estrategia y no necesariamente el más importante, pues como lo recalcaron varios de los asistentes al conversatorio, es necesario contar con la visión de las comunidades que habitan los territorios y trabajar de la mano con ellas para la construcción de estos proyectos.
Actualmente la iniciativa cuenta con un consultor de South Pole Carbon, encargado de hacer los estudios previos para la zona quien sugerirá qué tipo de proyecto desarrollar, después de socializarlo con las comunidades y de vincular organizaciones que podrían articularse.
Al final del ejercicio se tendrá una hoja de ruta que determine el tipo de proyecto forestal a implementar (forestación, reforestación, sistemas agroforestales, silvopastoriles, REDD, entre otros) en la zona.