Los conceptos a los que aludimos en esa entrega eran los de: una disciplina fanática, empirismo realista, una paranoia productiva y una ambición de liderazgo tipo 5 de parte de los directivos de esas empresas. El primero, se refiere a una disciplina que parte del autocontrol del directivo, su voluntad férrea de no conformarse a las modas de pensamiento que van en contravía de sus valores y convicciones permaneciendo fiel a sus fines de largo plazo, gracias a una férrea disciplina interior. Pero, además de férrea, se trata de una disciplina fanática, que no cede ante nada, gracias a una preparación previa consciente. Amudsen (http://es.wikipedia.org/wiki/Roald_Amundsen) conquista el Polo Sur debido a una preparación anterior de varios años en condiciones que simulaban las del Polo, al empleo de perros esquimales, estaciones de apoyo y provisiones ubicadas estratégicamente, y un paso firme sostenible. En cambio, Scott (http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Falcon_Scott), con un equipamiento más sofisticado, trineos tirados por ponis y hasta con motores primitivos, estaciones menos aprovisionadas, pero sin preparación previa suficiente, muere en el intento.El segundo, un empirismo realista es el que aplica el que no se conforma, no acepta los argumentos de autoridades, no cree en lo convencional. Antes bien, observa la realidad, experimenta con los datos a su haber, y por ensayo y error, avanza a partir de la fundamentación empírica. Esto le permite al directivo acciones nada convencionales, pero realistas, gracias a su permanente consulta con la realidad. Amudsen, experimentó con trineos y perros esquimales durante un par de años anteriores, dieta de pescados crudos, trajes de esquimales. Scott, en cambio, no previó que los ponis, al sudar, generaban una capa de hielo entre su piel y los aparejos que terminaba minándolos. Amundsen podía sacrificar los perros más débiles como comida para los otros. Los ponis, en cambio, no son carnívoros.
El tercero, paranoia productiva, se refiere a la capacidad de enfrentar el peor de los escenarios, gracia a la preparación previa. Amundsen, colocó sus campamentos y señalización (para un recorrido de 1300 kms cada sentido) de tal modo que en la peor de las tormentas contara con hitos en caso de desviarse de la ruta prevista.
Scott llegó al Polo un mes después de Amundsen, para encontrarse que su rival lo había precedido. La frustración no sólo deprimió a Scott y su puñado de hombres, sino que sus fuerzas agotadas por arrastrar sus trineos, les impidieron llegar a su última base, muriendo a tan sólo 20 kms de esta.
Y aunque en su diario, Scott le atribuye a la mala suerte (clima, tormentas) su fracaso, el hecho es que ambos sufrieron la misma inclemencia del tiempo. Collins concluye, que la causa no fueron las circunstancias -semejantes para ambos-, sino el diferente comportamiento de cada uno. Amundsen, previsivo, suponiendo lo peor; en cambio, Scott, confiado y empleando medios que no había ensayado.
El discurso docente contemporáneo en las escuelas de administración es el del liderazgo. El de cómo formar líderes. Pero tal vez antes debemos preguntarnos si estamos formando los Amundsen o los Scott.
[1] Empresas Grandiosas. Collins, Jim. Editorial Norma 2013