Bajo este escenario, es triste pensar que el gran esfuerzo que hacen nuestros campesinos por sembrar y sacar al mercado sus productos, terminen en la basura por mala manipulación o planeación para ser comercializados. Solo en las plazas de mercado, se calcula que el 50% del producto fresco, es desechado (Olaya, 2020).
No era descabellado pensar que, en algún momento, la tecnología permeara un sector económico tan ávido de mejora y atención. Pensar en modelos disruptivos como los de Uber, Airbnb o Rappi, sentaron claramente un precedente para poder establecer modelos de negocios que faciliten la producción y comercialización oportuna de productos de origen agropecuario.
Para hablar de casos éxitos en nuestro país, es importante citar a Frubana. Una compañía formada hace un par de años por un equipo ex-Rappi, y quienes con toda su experiencia se lanzaron al ruedo, con el fin de construir una App que permitiera a los restaurantes conseguir producto de muy buena calidad, y a precios asequibles, directamente de los productores.
Fabián Gómez, uno de los líderes del emprendimiento, mencionaba en sus inicios cómo a los campesinos les pagaban un precio bajo por un kilo de limón, y el mismo era revendido a 3 veces ese valor a los restaurantes, por otros agentes del mercado.
Y es que Frubana no se centra solo como marketplace, su propuesta innovadora está en el tratamiento a sus datos, lo que ha permitido establecer por medio de machine learning[1] un alto nivel de certidumbre de su demanda, que repercute en realizar procesos de siembra y cosecha por parte de los agricultores muy ajustados a los consumos que se requieren en los principales centros urbanos del país.
Adicional a este desarrollo, el equipo técnico de Frubana han llevado el proceso de alistamiento y distribución a otro nivel. También, soportados en los avances tecnológicos, diariamente establecen los horarios y rutas más eficientes para conseguir entregar de forma ágil y garantizando la calidad de los productos, los mercados para sus clientes. Al día, alrededor de 23.000 mercados son entregados en Bogotá, con una flota de 200 vehículos.
A través de estas estrategias, Frubana, a comparación del 50% que se habló al principio de esta nota sobre los desperdicios, llegan escasamente a perder el 1% de los alimentos que comercian.
En las crisis siempre hay oportunidades de éxito, y sin lugar a duda el sector de las apps de comercio electrónico como el caso anteriormente, fueron de las pocas industrias que salieron victoriosas con las diversas cuarentenas vividas el año pasado.
Estas tendencias fueron contrarias a lo que se vivió en el campo durante los primeros meses de pandemia: restaurantes, hoteles y plazas de mercado cerradas. El resultado, una incertidumbre total frente a las cosechas que se acercaban, no había nadie interesado y menos quién se las llevara.
Sin embargo, la gente en busca de minimizar el riesgo de contagio en la calle se volcó al uso de plataformas online de consumo, entre otros productos claves, los alimentos. Muchas plataformas que comercializaban alimentos por internet tuvieron importantes crecimientos y otras entraron al ruedo aprovechando la contingencia.
El Ministerio de las Tecnologías de la Información, dio a conocer que solo en el primer mes de cuarentena en 2020, las compras al detal crecieron un 73% (MinTIC, 2020) y alrededor del 45% de consumo de comida de todo el año fue por medio de domicilios (Pérez, 2021). Indirectamente estos aumentos se vieron reflejados en un gran apetito de compra directa a los agricultores y uso de medios digitales como canal de comercialización.
El impacto de ambas realidades era muy marcado, tanto así que el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural implementó una estrategia denominada “El Campo a un Click[2]” con el fin de dar a conocer 29 plataformas de comercio electrónico del sector agropecuario, fomentando que los productores rurales pudiesen acceder de forma más simple al uso de dichos canales digitales. Según esa cartera, durante el 2020 cerca de 9.100 pequeños y medianos productores, se integraron a dicha iniciativa intentando absorber la oferta productiva de las cosechas.
Si bien el concepto de agrotecnología ha llegado a los diferentes niveles de la cadena de valor agrícola, como el uso de drones para el control y salud de los cultivos, desarrollo de semillas resistentes al cambio climático o sensores para el ahorro de agua en los sembradíos, indudablemente los aportes en la etapa de comercialización y distribución son claves para un eslabón que siempre ha sido el más débil y por el cual se presentan crisis continuamente en nuestro país.
Se vienen retos frente a estos nuevos mercados virtuales. Temas estructurales como el acceso a internet, equipos de telefonía móviles, transferencia de capacidades a los productores sobre nuevas tecnologías, vías que permitan sacar los productos de forma eficiente y económica, son algunos de los obstáculos que se deben continuar sorteando con o sin pandemia. Pese a esto, las propuestas que rompen el statu quo[3] llegan generando nuevos consumidores y nueva demanda. Información reciente de la ANDI, relata que solo en 2020 los colombianos gastaron más de $206 billones de pesos en compra de alimentos (Infobae, 2021).
El desarrollo de cadenas de suministro sensibles, ajustadas a las realidades del sector y productos de alta calidad son cada vez más relevantes. Propuestas como Frubana, Waruma, Merqueo, ComproAgro seguramente saldrán más fortalecidas, a través de la implementación de sistemas de inteligencia artificial que les proporcionen la capacidad de tomar las mejores decisiones e impulsar un agro basado en las necesidades del mercado. Optimizar los procesos de abastecimiento y distribución son claves para garantizar un consumo responsable: a menores pérdidas, mejores precios, mayor acceso y más beneficios para todos los participantes de la cadena de valor. Los medios digitales llegaron para acercar el campo con las ciudades, esa es la nueva realidad.
[1] algoritmo que revisa los datos y es capaz de predecir comportamientos futuros.
[2] https://www.minagricultura.gov.co/Paginas/El-campo-a-un-clic.aspx
[3] Expresión latina que se usa para aludir al conjunto de condiciones que prevalecen en un momento
Fuentes
FAO. (2019, 12 octubre). Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura: Alimentación: pasando de pérdidas a soluciones | FAO en Colombia | Food and Agriculture Organization of the United Nations. FAO.ORG. http://www.fao.org/colombia/noticias/detail-events/en/c/1238132/#:%7E:text=Seg%C3%BAn%20datos%20del%20Departamento%20Nacional,ra%C3%ADces%20y%20tub%C3%A9rculos%20(25%25).
Infobae. (2021, 27 enero). Durante 2020, los colombianos gastaron más de $260 billones de pesos en la compra de alimentos. infobae.com. https://www.infobae.com/america/colombia/2021/01/27/durante-2020-los-colombianos-gastaron-mas-de-260-billones-de-pesos-en-la-compra-de-alimentos/
MinTIC. (2020, junio). Impacto del Covid-19 sobre el comercio electrónico de Colombia (N.o 2). https://www.mintic.gov.co/portal/604/articles-145322_impacto_covid19_comercio_electronico_colombia_u20200611.pdf
Olaya, M. (2020, 29 septiembre). Más de 35 mil toneladas de comida se han salvado de terminar en la basura este año. Lafm. https://www.lafm.com.co/colombia/mas-de-35-mil-toneladas-de-comida-se-han-salvado-de-terminar-en-la-basura-este-ano
Pérez, M. (2021, 20 enero). En 2020, el 45% de servicios de comida fueron domicilios. Portafolio.co. https://www.portafolio.co/economia/aplicaciones-rappi-o-ifood-en-2020-el-45-por-ciento-de-servicios-de-comida-fueron-domicilios-548413