Hola granjeros (como siempre saluda Carlos a sus seguidores) en este artículo les contaré la historia de “La Granja del Borrego”, una cuenta que tiene más de 50.000 seguidores en Instagram y cuya propuesta de valor es mostrar cómo son las labores del campo y brindar consejos constantemente a sus seguidores.
Pues bien, esta iniciativa está a cargo de Carlos, un influenciador de 14 años que está revolucionando la percepción convencional de un campesino. Asimismo, tiene la ayuda de Juan, su “hermanager”, como lo llama Carlos, una persona con conocimientos de mercadeo que decidió meterle la ficha a este proyecto.
Ahora bien, La Granja del Borrego empezó a nacer cuando Carlos vivía en La Vega e iba constantemente con su padre a la finca, algo que no se hacía frecuentemente debido a que, con la muerte de su abuelo se había perdido el modelo cafetero y, por ende, también el interés en el predio. No obstante, Carlos y su padre se empezaron a enamorar otra vez y a mudar de a pocos a la finca, hasta tal punto que meses después toda la familia ya se había mudado junto con ellos. Él la describe como una propiedad muy bonita y natural, eso sí, dice que es muy fría pero que no hay nada que una ruana no pueda solucionar.
Asimismo, a Carlos se le ocurrió un día grabar un video mientras hacía sus labores, nada importante, solo para él. Sin embargo, esa percepción empezó a cambiar cuando su hermano llegó a la finca debido a la pandemia. Como anillo al dedo llegó su hermanager, ya que él había cursado algunos semestres de mercadeo en la Tadeo y tenía algunas experiencias con emprendimientos y empresas en dicha área.
Cabe resaltar, que Carlos convenció a Juan de la potencialidad de la finca y de la idea de mostrarlo en las redes sociales por medio de videos, historias y demás. Juan, encantado y convencido de tanto potencial comenzó a apoyar a su hermanito en esta locura, porque si, es una locura que dos jóvenes granjeros con una mala señal, con un internet lento y con cortes de luz ocasionales, fueran capaces de cautivar a miles de personas con su carisma, humildad, gracia y consejos.
Pues bien, la creación de los videos no fue para nada fácil en el comienzo, ya que, según Carlos, le costaba vocalizar al principio debido a los nervios y justo cuando iban a grabar, el clima se les ponía en su contra. Además, Carlos no podía descuidar su educación y como ha venido siendo la realidad de muchos niños en el campo, tenía que resolver un sinfín de guías cada semana que le quitaban mucho tiempo.
Pero si de algo me he dado cuenta en este artículo, es que Carlos es un niño fuera de serie, mientras que otros juegan videojuegos o se la pasan pegado a un celular, él tiene que realizar sus labores en la granja por la mañana, mientras aprovecha para grabar sus videos y de 6-10pm realiza las tareas que le deja su colegio. Eso sí, esa organización no sería posible sin su hermanager, que más allá de apoyarlo y ayudarlo, es el encargado de manejar las redes sociales y de editar el contenido.
Por otra parte, su padre, que al principio no estaba tan convencido del proyecto decidió designarles la tarea de cuidar 20 gallinas y pues a punta de picotazos, videos y aprendizajes ya van en 200. También, para Carlos y Juan, es muy importante el bienestar de sus animales, por lo cual, manejan un sistema de pastoreo en donde las gallinas están libres de estrés. Asimismo, el padre de Carlos pasó de decirles que se pusieran a trabajar en vez de estar grabando videos, a ser el seguidor número uno de la página y a emocionarse con cada video que publican sus hijos.
De igual manera, Carlos busca conectarse con la comunidad y con los jóvenes para mantener siempre una actitud de apoyo y de aprendizaje constante para que la calidad del contenido de sus videos siga mejorando y poder tener un impacto positivo en la sociedad. Además, tiene como objetivo mostrar lo bueno que es vivir en el campo (lo envidio un poco) y demostrar que hay muchas posibilidades en la ruralidad colombiana. Por lo tanto, Carlos considera que los seguidores no son solo un número, para él son personas con las cuales hay que apoyarse para poder explotar esa potencialidad en el agro y seguir creciendo como comunidad.
Ver a un joven agricultor crear un contenido ético, integro y basado en experiencias que muchos campesinos viven, pero que pocos pueden contar, da una muestra de que las redes sociales se pueden utilizar para darle mayor visibilidad a estas historias y poder cerrar un poco la brecha entre la ciudad y el campo. Además, Carlos es un modelo a seguir para los jóvenes que poco a poco han podido volver al campo y les hace implícitamente una invitación a revolucionar esta industria. Asimismo, espero una vez degustar un desayuno en el “local del borrego”, un proyecto donde Carlos y Juan buscan ofrecer comida proveniente directamente de su finca.