Héroes Invisibles
“Alguien recordó que el asunto se parece a la película ‘Avatar’, donde una comunidad de gran cultura vive sobre un gran tesoro que es perseguido por empresas extranjeras.”
Andrés Hurtado García[1]
Los héroes de la mitología griega se quedan cortos en atributos de estos supuestos súper-hombres y súper-mujeres que dicen salvar al país de todos sus males. Pero qué eco tiene esto en la mente de algunos estudiantes. Por eso interrogué a algunos de nuestros estudiantes que estudian la carrera o hacen la opción en la Facultad de Administración. En una clase reciente pregunté a los alumnos ¿quiénes eran para ellos líderes, héroes y heroínas? Ninguno mencionó algún personaje presente y de la vida nacional. Aunque sí tienen referentes extranjeros. El más cercano era Mandela. Pero en su imaginario también existían científicos como Pasteur, pacifistas como Ghandi y ricos como Warren Buffet -el multimillonario norteamericano que le reclama al gobierno cobrarle tan pocos impuestos a los ricos-.
Y como la noción de liderazgo no parecía tener eco en sus mentes pregunté, entonces, qué los movía a llevar a cabo estudios universitarios. Sin negar que los animara el ayudar al país a ser mejor, consideraban que uno de los mejores medios era el emprendimiento. En otras palabras, deseaban ser empresarios. Esto representa un cambio de ideales importante en las generaciones. El ocupar cargos directivos en alguna multinacional, ya no agotaba su horizonte.
Lo que coincide con apreciaciones de parte de la literatura sobre liderazgo que estudia el menguado servicio que prestan las escuelas de administración en el mundo. Lamentablemente, de las filas de sus egresados proviene el puñado de directivos que han perpetrado los colapsos empresariales y las catástrofes económicas de alcance mundial.
Resalto de esta literatura el libro de Moisés Naim «El fin del poder» donde, si bien no ahonda en el problema de directivos codiciosos, sí ilustra el hecho que el poder hoy se transforma en aspectos no previstos. Cada vez más las fortunas de los grandes pueden verse menguadas súbitamente. Las grandes marcas pierden su reputación en pocas semanas. La arrogancia de la petrolera BP, supuesta adalid del medio ambiente, se derrumbó luego de su contaminación del Golfo de México. Los grandes ejecutivos pueden verse en la calle en pocos días, el presidente del Barclays, el banco ícono inglés, una vez se conoció su intervención indebida en el indicador Libor, quedó en la calle.
Lo positivo de ello es que hoy los líderes auténticos tanto en política como en negocios y empresas no son tanto los ‘carismáticos’, que abarcan las portadas de los medios de comunicación, cuanto los de bajo perfil que demuestran logros de largo plazo. Líderes cuya integridad y carácter no requieren pronunciamientos demagógicos que los beneficien en las encuestas de opinión. Entre otras razones, porque los medios de comunicación, tan proclives a la noticia superficial, ni siquiera caen en cuenta que existen.
Entiendo así, porqué los estudiantes no encuentran líderes a quien admirar. La juventud por su misma índole es esperanzada y mejor informada. Su esperanza, por lo tanto, ya no parece encontrar meta en personas que encarnen sus ideales. La táctica política que empleara un mandatario hace unas décadas de bajar la mayoría de edad de 21 a 18 años con el fin de aumentar la base votante es posible no demuestre ahora los resultados esperados.
[1] Hurtado García, Andrés “Cosigo, la minera que enseñó el cobre”. http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/andreshurtadogarcia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-13834158.html Tomado el 08/05/14