ANeIA: Agronegocios e Industria de Alimentos y Turismo.
TP: Tomás Pinzón de Bamba Travel, invitado de ANeIA
TP: Mi nombre es Tomas Pinzón, tengo 23 años, soy estudiante de biología de la universidad de los Andes estoy terminando mi último semestre y tengo una opción en diseño y en emprendimiento y hace dos años nació mi empresa de ecoturismo y turismo regenerativo por Colombia, que se llama Bamba Travel Colombia.
ANeIA: ¿Qué te motivo a crear Bamba Travel y que visión tienes con la empresa en el largo plazo?
TP: Bamba nació como unan necesidad que veía yo en el mercado después de haber viajado bastante por Colombia, por motivos personales, porque quería conocer el país y ganar perspectivas diferentes a las que hay en la ciudad y me di cuenta de que hay muchos aprendizajes concentrados en las zonas rurales, en las zonas alejadas del centro, y hay muchas necesidades también que se pueden beneficiar mucho desde la cooperación con personas de la ciudad y con industrias y economías que aporten y construyan el tejido social de estos lugares. A diferencia de industrias que tienen una relación extractivista y explotadora con estas regiones. Por eso la visión a futuro es convertir a Bamba en una extensa red que conecta a los turistas de la ciudad con las personas, microempresas o asociaciones que trabajen con el ecoturismo y experiencias que generan impactos positivos en las comunidades.
La idea es lograr esa conexión, como un intermediador que le aporta tranquilidad y seguridad a los clientes porque muchas personas tienen una perspectiva del pasado reciente en el que es peligroso, que les vas a hacer daño o no saben si llegan a un sitio seguro, existe mucha incertidumbre de viajar a las zonas rurales. Por eso, Bamba Travel ayuda a entregarles a los clientes la certificación de que va a llegar a los mejores hospedajes, lo van a acompañar los mejores guías y que va a poder conectarse con el territorio y tener una experiencia memorable.
ANeIA: Ya que mencionaste ecoturismo y turismo comunitario, podrías definir qué es y su relevancia en el sector. Además, ¿cómo garantizan el respeto al medio ambiente y comunidades?
TP: El medio ambiente y el rubro social y cultural son dos pilares fundamentales para Bamba. En la parte ecológica, tenemos ciertos principios de actividades que sabemos que no son sostenibles. Son actividades que se han manejado en el país dado en lugares turísticos que se enfocan en las masas y maximizar las ganancias de los viajes. Se da porque llevan pocos guías para grupos muy grandes, no restringen el tipo de actividades que se hacen en un lugar: por ejemplo, ponen música a todo volumen, botan basura en donde quieren. Por eso con Bamba, priorizamos relaciones responsables con el entorno, en cualquier viaje el numero máximo de personas que se pueden atender es 12 personas. Con esto se minimiza el impacto en los ecosistemas. Parte de la experiencia es que las personas conecten con los ecosistemas, y en grupos grandes no es la misma experiencia.
También, abogamos por seleccionar procesos, proveedores que tengan el menos impacto en el medio ambiente. Por ejemplo, los refrigerios, se les compran a proveedores locales, que los produzcan en su casa, de esta manera evitamos usar empaques de un solo uso que contamina mucho. Además, buscamos en los viajes educar y generar consciencia, se pone a os viajeros en contacto con el medio ambiente y así los viajeros generar empatía con nuestros ecosistemas y pasa que cuando vuelven a la ciudad se empiezan a interesar por el cuidado de la naturaleza lo que lleva a que cambien sus hábitos para que sean más amigables con el medio ambiente o inclusive apoyar causas que ayuden con la conservación de la naturaleza.
Por otro lado, el ecoturismo depende 100% de la conservación de los ecosistemas, por eso en el lado comunitario cuando llevamos personas a las regiones con ecoturismo generamos una forma de sustento para los locales, eso genera un incentivo importante para que estos mismos quieran conservar la naturaleza. Esto lleva a que remplacen economías como ganadería extensiva, minería ilegal o cultivos ilícitos que hacen daño al medio ambiente.
Para generar lazos con las comunidades, lo que hacemos es darle libertad a estas para que nos ayuden para crear los itinerarios y actividades que quieran ofrecer en su territorio. Trabajamos de la mano con indígenas, comunidades afro, comunidades campesinas. De esta manera respetamos que no se llevan a cabo actividades invasivas con la cultura de la comunidad. Adicionalmente, los guías que tenemos son locales y ellos deciden que limites poner para respetar las tradiciones culturales. Tener guías locales permite adaptarnos rápidamente cuando se presenta alguna fecha en la que no podamos entrar porque hay algún tipo de ceremonia.
ANeIA: ¿Qué tipo de actividades escogen para realizar en ecoturismo y cómo se seleccionan?
TP: Las actividades en realidad son muchas, porque somos el país mas biodiverso del mundo. Hay actividades tranquilas de ecoturismo, como senderismo, avistamiento de aves. Pero también hay actividades deportivas. Sin embargo, nuestras actividades se enfocan en el menor impacto, por eso no usamos mucho deporte que implique motores, por ejemplo, los deportes de viento son una gran opción. Tenemos avistamiento de ballenas en el pacífico, safaris terrestres en el Llano o avistamiento de herpetofauna[1] y/o avistamiento de primates. En general cualquier experiencia que sea respetuosa con la naturaleza, que sea de aprendizaje y de conexión con el ambiente se puede hacer. A veces hacemos recorridos para aprender sobre plantas medicinales y entender la importancia de estas para la cultura de las personas.
ANeIA: ¿Que tipos de regiones se priorizan para la operación y cómo se hace para elegir a cuáles ir?
TP: Nosotros no tenemos ningún filtro, porque el futuro de Bamba es tener operación en los 32 departamentos de Colombia, sin embargo, priorizamos destinos emergentes, que han estado surgiendo en un marco de contexto de posconflicto. Queremos apoyar a estas comunidades, no nos interesa muchos lugares donde haya una industria de turismo consolidado como grandes ciudades. En los últimos meses hemos abierto en Amazonas, San José del Guaviare, En el Caquetá, Putumayo, inclusive alrededores de Bogotá que sean accesibles para personas que tengan menos tiempo para viajar y conocer. Que sean experiencias en las que podamos ser un aliado que les genera valor a las personas de las ciudades y los locales
ANeIA: Y, teniendo en cuenta toda esta operación en tantas regiones, ¿cuáles son los principales retos que afronta Bamba y como hacen para superarlas?
TP: Hay varios desafíos, sobre todo en los lugares donde el turismo apenas se esta desarrollando, por lo que se debe trabajar de la mano con las comunidades, porque para las personas que habitan en lugares muy abundantes en flora y fauna pues no es especial tener 10 especies de primates o 200 especies de aves endémicas. Entonces hay que mostrarles el valor real que tiene y mostrar que hay un potencial económico enorme en la conservación de estas especies en lugar de explotarlas y destruirlas.
Por otro lado, hay un trabajo considerable en mercadeo, porque se deben cambiar muchas narrativas. Por poner un ejemplo, si se menciona un lugar como San Vicente del Caguán, van a pensar en guerra y actores armados. Sin embargo, cuando uno está en estos lugares, puede observar que es un lugar apto para el turismo. Toca visibilizar a las comunidades, con fotografía y video se muestra lo que hacen ahí. Las personas visitan los lugares que se vean bien, los que uno logre capturar todo su esplendor por así decirlo.
ANeIA: Viniendo de la ciudad, ¿cómo se logra hacer ese acercamiento con las comunidades? ¿Cuál es la es la estrategia de Bamba para lograr los lazos?
TP: Hay que ir, es imposible inspira confianza a través de un celular, las personas fuera de la ciudad crean confianza a partir de la palabra y las acciones. Sentarse a conversar con ellos, entablar conexiones genuinas con las comunidades locales, respeto mutuo, reconocer a la otredad y mas allá de los valores occidentales reconocer las diferencias. La habilidad de conectar y crear hermandades es el diferencial de Bamba. Nos interesa el bienestar de las comunidades, buscamos apoyar los proyectos para mejorar su calidad de vida, es como una familia, ellos nos ayudan a mostrar experiencias que no se ofrecen en otras partes y nosotros los apoyamos.
ANeIA: ¿Cuál es la recomendación que le daría a una persona que quiera viajar con Bamba y cómo puede sacar máximo aprendizaje sobre el país?
TP: Tener una mente abierta, no dejarse sesgar por los medios y las concepciones del pasado, tener ojos muy abiertos, valorar las cosas que nos encontramos fueras de nuestras casas. Hay que dar ese primer paso a pesar dl temor de lo desconocido. Uno siempre va a dar con buena gente en el país, en los grupos o en las comunidades y van a tener una gran experiencia.
ANeIA: Gracias por el tiempo. En conclusión, vemos que, para crear país es necesario salir del aula y el ecoturismo es un motor de desarrollo social. Tomás es un ejemplo, que tan solo a sus 23 años ya está logrando generar un impacto en comunidades.
Instagram: @Bamba_travel
[1] Avistamiento de anfibios y reptiles: Según Tomás, ha venido creciendo en el país esta actividad y tiene un gran potencial.