Autor: Diego Alejandro Avila A, estudiante de administración de empresas, Universidad de Los Andes.
Hay más de 12 millones de campesinos que representan alrededor del 30% de los colombianos (Gobierno de Colombia, 2023). Dentro de esa población rural, 6,463,000 son hombres, lo cual corresponde al 51.9%, mientras que 5,998,000 son mujeres, es decir, el 48.1% (Dane,2023). Históricamente, nuestras mujeres campesinas han sido fundamentales en el desarrollo del campo y del país, pero sus condiciones han sido desiguales, gracias a la falta de oportunidades académicas y laborales. El objetivo de este artículo es explorar la situación actual de las mujeres colombianas en el campo.
Dentro de la población económicamente activa en las zonas rurales, las mujeres representan el 31,2 %, mientras que los hombres el 68,8%. Brecha que se debe principalmente al rol de madre y las funciones tradicionales del hogar. Muestra de ello es que, a diferencia del porcentaje total nacional, donde el 4.1% de las niñas y adolescentes de edades entre 10 y 18 años estaban en uniones tempranas o casadas, en la zona rural este porcentaje es del 7,8%. Es una realidad que hay más madres en edad temprana en las zonas rurales que en las urbanas. Mientras que, en las urbes, la tasa de fecundidad infantil para finalizar el 2022 (10 a 14 años) fue de 1,6%, en la zona rural fue del 3,5%. (Dane,2023)
Así mismo, hay una brecha con la educación, mientras que en las zonas urbanas el 96% de las mujeres saben leer y escribir, en las rurales es del 89,9%; pero en temas de analfabetismo no se diferencian hombres y mujeres en las zonas rurales. La alfabetización además de su importancia como parte del derecho a la educación, es un factor trascendental al momento de aplicar al mercado laboral y, por ende, es un determinante para luchar contra la pobreza.
Muestra de la brecha en cuanto acceso y oportunidades de educación por parte de las mujeres en zonas rurales con respecto a las de zonas urbanas, el porcentaje de población de 5 años o más según nivel educativo, donde el 20,9% la población de mujeres urbana5s alcanzan un nivel de educación superior mientras que para las mujeres rurales solo el 1,5%. (Grafica 1) Las razones principales de la falta de formación en las mujeres rurales son: por un lado, el 7,6% de las mujeres rurales entre 6 y 21 años, no estudia por que debe encargarse de las labores del hogar, el 6,6% por la falta de oportunidades de financiación y el 2,9% por embarazo. (Dane,2023)
Grafica 1: Población de 5 años o más según nivel educativo y sexo.
En cuanto a las condiciones laborales de las mujeres, existe una significativa brecha tanto de género como de ubicación (rural-urbana). Mientras que la participación de las mujeres en el mundo laboral es de apenas el 39,1% en las zonas urbanas es del 54,9%. En cuanto a la tasa de desocupación por género, en donde los hombres rurales apenas tienen el 5,4%, mientras que las mujeres casi triplican, con una tasa del 13,8%. Además, buena parte de las labores de las mujeres rurales no remuneradas, ya que se dedican al trabajo doméstico y de cuidado. De hecho, las mujeres se dedican muchas más horas anuales a este tipo de trabajos que los hombres, especialmente en lo que concierne a suministro de alimentos, y limpieza y mantenimiento del hogar.
Grafica 2: Horas anuales dedicadas al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado (2021).
Evidentemente, la situación de la mujer en el campo colombiano es desigual y complicada. Su aporte al desarrollo rural del país es menos visible y valorado, principalmente porque muchas de sus labores no se reflejan directamente en la ganancia monetaria. Sin embargo, la percepción dentro de los hogares rurales indica que las decisiones estratégicas y financieras se toman en conjunto. En las siguientes gráficas, tanto en las decisiones de financiación como en la planificación de inversiones y gastos del hogar, participan tantos hombres como mujeres.
Conjunto de graficas: ¿Quién decide, generalmente, lo siguiente?
A modo de conclusión, la situación de las mujeres en la Colombia rural refleja profundas desigualdades en comparación de las mujeres urbanas y los hombres rurales. Aunque son parte esencial del desarrollo de los campos y del país, su participación se ve limitada por la falta de oportunidades académicas y laborales, junto a la necesidad de cumplir con roles tradicionales en el hogar y la incidencia de las uniones y la maternidad temprana.
Las brechas en acceso a la educación y a oportunidades laborales son marcadas, gracias a menores niveles de alfabetización, acceso a educación superior en comparación a las zonas urbanas. Esto, en definitiva, termina afectando la posibilidad de acceder a mejores oportunidades laborales o al tener las herramientas suficientes para poder liderar actividades productivas en el campo, perpetuando así un ciclo de pobreza y dependencia. A pesar de estos desafíos, la mujer rural juega un papel crucial en la toma de decisiones estrategias y financieras del hogar, lo que sugiere una dinámica de genero más equitativa en este sentido. No obstante, es imperativo que se implementen políticas y programas que aborden estas desigualdades, promoviendo una mayor inclusión y valoración del trabajo de las mujeres en el ámbito rural, tanto en términos económicos como sociales.
Referencias Bibliográficas:
DANE (2023). Situación de las mujeres rurales en Colombia. Obtenido de:
Gobierno de Colombia (junio 5 de 2023). Hay más de 15,2 millones de campesinos, que representan 30% de los colombianos. Obtenido de: https://www.agronet.gov.co/Noticias/Paginas/Hay-m%C3%A1s-de-15,2-millones-de-campesinos,-que-representan-30-de-los-colombianos.aspx
Elcampesino (marzo 8 de 2017). La mujer rural y su aporte a sociedad. Obtenido de: https://elcampesino.co/mujer-rural-aporte-sociedad/