Autor: Juan David Barreto.
A lo largo de la historia colombiana, han ocurrido varios sucesos negativos que han impactado profundamente a la población. Uno de los más trágicos fue la devastadora tragedia de Armero, ubicada en el departamento del Tolima. Este evento se considera una de las peores catástrofes naturales en la historia de Colombia. Sin embargo, más allá de comprender los detalles de esta horrible tragedia, es crucial destacar el potencial agrícola que tenía Armero, especialmente en la producción de algodón, y como después de mucho tiempo esta misma industria se destaca hoy en la economía de nuestro país.
Durante el año 1937, Armero comenzó a destacarse como un importante centro de producción de algodón en Colombia. Con alrededor de 2.000 hectáreas sembradas, la industria algodonera estaba en pleno auge, compitiendo estrechamente con El Espinal por el título de capital algodonera del Tolima (El Espectador, 2015). Esta competencia evidenciaba el potencial agrícola de la región y su contribución al panorama económico del país. La verdadera época dorada de la producción de algodón en Armero tuvo lugar entre los años 50 y 60. Durante este período, los cultivos se expandieron considerablemente, llegando a ocupar un total de 14.000 hectáreas. La presencia de la estación de tren San Lorenzo en Armero era un factor clave que situaba al municipio en una posición privilegiada en la ruta que conectaba Ibagué con La Dorada y Ambalema. Además, la navegabilidad del río Magdalena facilitaba el comercio, consolidando aún más la posición de Armero como centro de producción y distribución (El Espectador, 2015).
Un hito importante que impulsó el crecimiento de la industria fue la puesta en marcha de la desmotadora más grande del país, inaugurada durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla. Esta infraestructura moderna y eficiente permite procesar grandes volúmenes de algodón de manera más rápida y efectiva, aumentando así la capacidad de producción y consolidando la posición de Armero como líder en la industria algodonera a nivel nacional.
Sin embargo para realmente darse cuenta de lo importante que era esta industria en el PIB colombiano en esa época, basta con ver los estudios presentados por el Banco Mundial, la Agencia Colombiana de Cooperación Internacional y el Departamento Nacional de Planeación (DNP), sobre evaluación de riesgos naturales señalan que gracias a la tragedia del nevado del ruiz que afectaron 13 municipios entre Tolima y Caldas le costó un porcentaje del 2,05% del PIB, que en aquella época representaba un estimado de US$712,8 millones, y por otro lado, en cuanto a la parte de producción estableció un monto de $12.000 millones y los daños en las actividades primarias (agricultura y ganadería) se calcularon en $834,4 millones.(La República,2015)
Ahora bien, ¿Qué es de hoy la industria del algodón en Colombia? El cultivo de algodón en Colombia ha estado trabajando arduamente para recuperar su importancia y lograr un crecimiento significativo que lo vuelva a posicionar como una industria destacada, similar a la que tuvo en años anteriores. A pesar de que las cifras actuales muestran un panorama alentador, con un crecimiento y la incorporación de nuevas regiones algodoneras, como el departamento del Meta, esta industria todavía enfrenta diversos desafíos y problemas que requieren atención por parte del nuevo gobierno.
Los algodoneros han presentado un ambicioso proyecto de reactivación de la industria, denominado «Algodón 2025», que tiene como objetivo superar la producción de 14.400 toneladas para el año 2025. Esto representaría un incremento del 80% en comparación con los niveles de producción registrados en 2021. El proyecto también busca aumentar la superficie cultivada, con siembras adicionales entre cada ciclo de cosecha, que se realiza semestralmente.
En 2021, la superficie destinada al cultivo de algodón alcanzó las 8.200 hectáreas, y se estimó que para el año 2022 esta cifra aumentaría a 14.100 hectáreas, lo que representa un crecimiento del 72%. Este es uno de los cultivos más productivos en comparación con otros países; Colombia produce en promedio 1 tonelada de fibra por hectárea, mientras que Estados Unidos alcanza solamente 0,85 toneladas por hectárea. Por otro lado, vale la pena analizar que esta industria genera alrededor de 2.400 puestos laborales que aportan también a un mercado nacional que obedece a una demanda muy buena la cual se espera que sea mayor a 40.000 toneladas las cuales fueron consumidas en 2020 y 2021.
Para concluir, es esencial reflexionar sobre el legado que nos dejaron los acontecimientos históricos en Colombia, especialmente en lo que respecta al papel crucial que ha desempeñado el campo y la agricultura en la sociedad y la economía de varios departamentos. Reconocer y recordar este legado nos permite valorar la importancia de la industria algodonera y otros cultivos que han sido fundamentales en nuestro desarrollo agrícola. A menudo, la industria del algodón pasa desapercibida entre los colombianos cuando se trata del sector agrícola. Sin embargo, es crucial comprender la diversidad de cultivos que nuestras regiones pueden producir, a pesar de las limitaciones sociales, políticas e infraestructurales que enfrenta el país. Este reconocimiento nos lleva a considerar el campo como una oportunidad de crecimiento y mejora continua.
Es importante destacar que, a pesar de las dificultades, Colombia ha logrado avanzar en la producción de diversos cultivos con recursos limitados. Por lo tanto, es fundamental establecer metas para potenciar estos mercados agrícolas, mediante la colaboración entre la academia, las instituciones gubernamentales y los inversionistas. Trabajar juntos en la promoción y el desarrollo de la industria agrícola, incluida la del algodón, nos permitirá aprovechar al máximo el potencial agrícola de nuestro país y contribuir al crecimiento económico y social de las comunidades rurales.