No es un mito que, a lo largo del primer trimestre de cada nuevo año, Colombia enfrenta retos significativos en el sector agro en diferentes actividades a nivel rural. Actualmente, experimentamos temperaturas nunca registradas, como por ejemplo la capital del país, donde las temperaturas altas han llegado a tal punto que la cifra más alta hasta el momento alcanzó el nivel de los 25,2 grados Celsius (Portafolio, 2024). El fenómeno del niño es el artífice de estos récords registrados, el cual tiene entre la espada y la pared a los agricultores de diversos gremios a lo largo del territorio nacional.
Colombia, con su riqueza y variedad topográfica, su variedad climática y su fuerte patrimonio a nivel de fauna silvestre, no se escapa de los coletazos de este fenómeno en términos de variabilidad climática, experimentando aumento de temperaturas y disminución de lluvias, donde gremios como los agricultores y los ganaderos se encuentran preocupados por su producción y la disminución de ingresos durante el primer periodo del año, ya que estas sequias afectan directamente a cultivos, como por ejemplo, los arroceros o a raíz de la escasez de agua, experimentar reducciones significativas en el rendimiento del sector ganadero.
Pese a que todavía es temprano para hablar de pérdidas generales en el agro, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), dice que ya hay algunos empresarios en alerta, como los que siembran cebolla, los productores de tilapia o los ganaderos, entre otros (El tiempo, 2024)
Pruebas
Ahora bien, a raíz de este pequeño contexto, vale la pena analizar la situación en cuestión y afirmar que, si nos sorprende. A pesar de que todos los años en la misma época presenciamos los mismos agobios y quejas por parte del sector agrícola, el fenómeno del niño actual es de carácter preocupante y agresivo, a comparación de datos históricos, donde entre el 2014 y el 2016, este sector vio afectadas más de 1,1 millones de hectáreas de pasturas y cultivos de café, hortofrutícolas, cereales, yuca, caucho, fique, caña panelera y cacao, entre otros, pero actualmente poseemos un panorama más preocupante (El tiempo, 2024)
Hemos podido presenciar una situación que representa una amenaza verdadera y adicional para la agricultura y la biodiversidad, como por ejemplo la crisis experimentada por parte de los incendios forestales, que no solo pueden afectar cultivos, sino que contribuyen a la degradación de los suelos y sobre todo la pérdida de hábitats naturales, como lo presenciado en los cerros orientales de Bogotá D.C.
Para aterrizar de manera más concisa y clara los efectos del niño en el campo, tomaremos como ejemplo al sector ganadero, quienes manifiestan que, en regiones a lo largo del país como los llanos orientales, la andina y el caribe, se han calculado, gracias a la gestión por parte de fedegan, la pérdida de 8.879 bovinos a cusa de este fenómeno y otros 308.481 desplazados desde el mes de diciembre (El tiempo, 2024). Cabe resaltar que la situación más crítica se encuentra en el Caribe, debido a la pérdida que se han podido calcular a raíz del deceso de los bovinos, con un valor aproximado de 5.544 Millones de pesos. (El tiempo, 2024).
Ahora bien, un sector que ilustra un panorama diferente pero lleno de incertidumbre es el sector arrocero, donde se manifiesta que las siembras de arroz que se esperan en este primer semestre, cercanas a las 380.000 hectáreas, estarán en gran parte sujetas a las condiciones climáticas (El tiempo, 2024), sin embargo, dicen que la producción de arroz no está en riesgo, pero su existe una gran incertidumbre en el rendimiento de su producción.
Análisis
Es vital que Colombia pueda analizar y desarrollar estrategias de adaptación y mitigación frente a los impactos del fenómeno del niño en el sector agrícola. Es decir, tener la posibilidad de implementar prácticas agrícolas sostenibles, fortalecer y estudiar la infraestructura de riego en los cultivos y el incremento de estudios y análisis para promoción de diversificación de cultivos resistentes a condiciones climáticas extremas. En conclusión, el fenómeno del niño actual no puede convertirse en una costumbre colombiana cada primer trimestre del año, donde normalicemos la pérdida de ingresos en diferentes sectores agro. Debemos cuidar nuestra seguridad hídrica, la producción de alimentos, la competitividad del campo y la salud de los ecosistemas, de esta forma, podremos incentivar el desarrollo de medidas adaptativas que permitan garantizar la resiliencia del sector agro frente a los grandes y deplorables retos que nos presenta el cambio climático.
Referencias
• El tiempo (2024). Pese a las temperaturas, arroceros dicen que la producción no esta en riesgo Recuperado el 8 de febrero del 2024, de
https://www.eltiempo.com/economia/sectores/produccion-arroz-colombia-impacto-del-fenomeno-de-el-nino-852204
• El tiempo (2024). El campo saca cuentas por las heladas, por lo que va de El Niño y por lo que falta, Recuperado el 8 de febrero del 2024, de
https://www.eltiempo.com/economia/sectores/el-campo-saca-cuentas-por-las-heladas-por-lo-que-va-de-el-nino-y-por-lo-que-falta-848504
Portafolio (2024). Bogotá habría superado su cifra récord de temperatura: ¿a cuánto llegó?
Recuperado el 8 de febrero del 2024, de
https://www.portafolio.co/economia/regiones/altas-temperaturas-en-colombia-bogota-habria-superado-su-cifra-record-597042