La tierra se ha convertido en un símbolo de poder y riqueza, ya sea para explotarla o sencillamente utilizarla como una inversión más. Entonces, la caracterización tradicional de una persona adinerada en el país ha recaído, entre muchas otras cosas, en la tenencia de grandes extensiones de tierra. Desde ahí, el conflicto social ha evolucionado de manera que las personas han buscado poseer predios rurales a cualquier costo, incluso, pasando por encima de los derechos de los campesinos.
Todas las acciones del pasado las podemos ver reflejadas hoy en día. En el 2017 la organización internacional Oxfam realizó un análisis sobre la concentración de tierra en Colombia presentado en el informe Radiografía de la Desigualdad, y entre muchas conclusiones expusieron que “el 1 % de las fincas de mayor tamaño tienen en su poder el 81 % de la tierra colombiana. El 19 % de tierra restante se reparte entre el 99% de las fincas” (Oxfam, 2017)
Observando dichos números, es evidente que hay un problema de desigualdad en la repartición de tierras en Colombia. Ha habido diferentes propuestas y muchos puntos de vista alrededor de la solución de esta problemática; sin embargo, no se ha encontrado un punto de acuerdo para la realización de una nueva repartición de tierras.
Bajo el mandato del nuevo gobierno de Gustavo Petro, se han abierto discusiones que giran en torno a la desigualdad de tenencia de tierras. Y el último acontecimiento, quizás uno de los más importantes de los últimos años, fue el acuerdo entre Fedegán y el Gobierno Nacional por la compra de tres millones de hectáreas para campesinos sin tierra o con tierra insuficiente. (Presidencia de la República, 2022)
Por supuesto, es un hecho histórico para Colombia la construcción de un acuerdo donde un sector como el agropecuario, que ha sido golpeado tan fuerte por el conflicto armado, esté encontrando un rumbo para su desarrollo. Este acuerdo resulta ser un hecho clave para la evolución del campo en país.
Ahora, es momento de esperar para saber cómo será la metodología de compra directa de los terrenos en cuestión. Pero más importante, es el uso que se le darían a los terrenos otorgados a los campesinos para su sostenibilidad.
El acuerdo es un principio de un proyecto a largo plazo que defina la situación agraria del país. Es momento de impulsar los proyectos de alta eficiencia en el campo. A su vez, crear nuevas facilidades económicas, sociales y fiscales para que esos campesinos tengan cómo mantener sus predios y evitar un círculo vicioso en el que los campesinos reciban tierras y luego tengan la necesidad de venderlas para cubrir sus gastos operativos.
Los pequeños productores no solo necesitarían de tierras para su subsistencia, sino de un flujo de capital del que el gobierno tiene que hacerse responsable para que estos acuerdos tengan éxito. Ahora, con capital, nuevos pequeños terratenientes tendrán la libertad de escoger el rumbo de su proyecto agropecuario.
Uno de los proyectos que más llama la atención en pequeñas distribuciones de tierra es el pastoreo racional Voisin. Este concepto no es nuevo; de hecho, es un pilar de la eficiencia en el negocio de la ganadería. Además, ha evolucionado en tecnificación con el fin de tener menores costos de operación y de infraestructura. ¿Cómo podría planteársele a un campesino dicho negocio?
La construcción de un proyecto Voisin, por ejemplo, que consta de cuatro leyes importantes. La primera se refiere al descanso que el pasto debe tener entre dos pastoreos. El descanso depende de las características fisiológicas de la planta y a su vez del clima en el que se quiera desarrollar el proyecto. La segunda ley habla del tiempo de ocupación de los potreros. El objetivo de esta ley es que el pasto no sea cortado dos veces por los animales en el mismo período de ocupación del potrero. Para esto, se utilizan tiempos de pastoreos cortos de entre 2 a 4 días como máximo por rotación. Como tercera ley, el PRV (Pastoreo Racional Voisin) explica que la altura del pasto debe oscilar entre 60 y 80 centímetros para que sea cómodo para los animales la ingesta de alimento. Por último, la cuarta ley explica que los animales no deben permanecer más de 72 horas en el mismo potrero, pues, está demostrado que los bovinos presentan mayores conversiones de kilogramos en las primeras 24 horas de ocupación de los potreros. (Voisin, 2004)
Asimismo, hay muchos proyectos que recaen en la genética para proyectos lecheros, sin embargo, también dependen de la zona climática en la que se encuentren. Es posible pensar en muchas alternativas, sin embargo, hay que explorar las zonas de operación del acuerdo planteado por el Gobierno Nacional y Fedegán, para comenzar a solidificar las ideas y los proyectos posibles. Al final, el bienestar de la población es importante y pensar en el desarrollo del agro también lo es.
Referencias
Oxfam. (2017). Radiografía de la Desigualdad. Recuperado de: https://www.oxfam.org/es/informes/radiografia-de-la-desigualdad
Presidencia de la República. (2022). MinAgricultura y Fedegán logran acuerdo para compra de tierras. Recuperado de: https://petro.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/MinAgricultura-y-Fedegan-logran-acuerdo-para-compra-de-tierras-221006.aspx
Contexto Ganadero. (2014). Las leyes Voisin mejoran la ganadería en todo el mundo. Recuperado de: https://www.contextoganadero.com/ganaderia-sostenible/las-leyes-voisin-mejoran-la-ganaderia-en-todo-el-mundo
Piñero, L. (2004). Pastoreo Racional Voisin. Tecnología Agroecológica Para el Tercer Milenio.