Este “problema” ha empezado a afectar diferentes momentos de la vida de las personas como lo es la hora de comer o de trabajar a tal punto que algunas empresas o restaurantes han decidido implementar restricciones en el uso de estos aparatos electrónicos. Con estas medidas, las organizaciones buscan que las personas sean más eficientes y compartan de modo personal más con sus compañeros o amigos; costumbres que se pierden debido al involucramiento que generan los celulares inteligentes en las personas.
Para lograr “desenchufar” a los clientes de sus aparatos tecnológicos, las compañías diseñan nuevas estrategias como la creación de cajas para depositar los celulares mientras se está comiendo y creando incentivos o penalidades como descuentos o “el que primero coge el celular paga la cuenta”. Esto con el objetivo de volver a hacer del momento de comer un espacio para socializar y distanciarse de estos avances tecnológicos que a diario consumen a las personas (La Nación, 2015). Este problema no solo afecta la interacción de los comensales, sino que también afecta a los restaurantes ya que el consumo es menor debido a que el tiempo de consumo disminuye al reducir el tiempo de socialización. Las estrategias que limitaban el uso de celulares en la mesa ha sido efectiva, logrando aumentar de nuevo las ventas y de esta manera comprobar que el uso de los celulares era el motivo de la disminución del consumo de los clientes (El Tiempo, 2014).
Sin embargo, existen otras personas que encuentran en este auge tecnológico una oportunidad extraordinaria para potenciar sus restaurantes o incentivar el consumo. Muchos restaurantes comienzan a utilizar las redes sociales para que sus restaurantes adquieran reconocimiento y visibilidad en el mercado. Así mismo muchas personas aprovechan esta oportunidad para empezar a evaluar a restaurantes y recomendar a las personas sobre platos o lugares para comer, haciendo de esto una profesión, un sueño para muchas personas: recibir ingresos por comer en los mejores restaurantes.
El auge de las redes sociales y su vínculo con el sector de alimentos potencializan diferentes profesiones como Food Styling, la técnica de promocionar alimentos y platos mediante imágenes. El experto en esta profesión, Efe Fabian, nos cuenta que «A través del ‘Food Styling’, las fotos no solo muestran un producto sino que cuentan una historia que debe llegarle a alguien (…) y que diluye el impacto del precio, logrando que el cliente esté dispuesto a pagar un 40 % más por el producto» (El Tiempo, 2017). Además, el uso de las redes sociales logra que los comensales pasen de ser clientes a convertirse en los primeros vendedores, convirtiendo el voz a voz o en este caso, “el celular a celular” la estrategía de mercadeo más efectiva y con unos costos más bajos que las que se usan normalmente.
De esta forma se puede evidenciar que existen quienes se benefician del uso de la tecnología y de cómo esta influye en los comensales. Por otro lado, están quienes buscan combatir esta “problemática”. ¿Quién tiene la razón? Es muy complicado responder esta pregunta, sin embargo, algo que sí queda claro es que el cambio en el comportamiento de las personas cierra algunas puertas pero a su vez abre otras nuevas, pese a que el destino de estas nuevas puertas no sea el “adecuado”.
Bibliografía
TOVAR, M. M. (09 de 08 de 2014). Desconectarse se impone como norma en la mesa. El Tiempo .
El Tiempo. (23 de 03 de 2017). Redes sociales, claves para posicionar restaurantes. El Tiempo .
Ríos, S. (30 de 05 de 2015). El celular pierde su lugar en la mesa de los restaurantes. La Nacion .