Especies endémicas y hábitats únicos ponen a Colombia en el radar de los organismos internacionales de conservación. Pero no solo son estas características las que han llevado a Colombia a desarrollar sistemas de áreas protegidas, un esfuerzo institucional fuerte, y a veces contradictorio, insertan al país en la política regional de conservación y desarrollo sostenible.
Desde la década del setenta (Código de recursos naturales, decreto 2811 de 1974) Colombia destino recursos e instituciones al cuidado del medio ambiente, pero solo fue hasta la década del noventa donde realmente se comprometieron recursos para la protección. Hasta 1997 una dependencia del instituto de bosques, que a su vez dependía del ministerio de ambiente, era la encargada de velar por las áreas protegidas, sus recursos y personal eran mínimos para proteger la bastedad del territorio colombiano. Otro gran hito en el cuidado del medio ambiente fue la constitución de 1991, bajo la cual se establece que todos los colombianos tenemos derecho a un ambiente sano, donde se exige la protección de la diversidad cultural y natural de la nación, y se da cuidado a los parques naturales haciéndolos inembargables, por lo que la sostenibilidad entraba a hacer parte de la política colombiana. Fueron los tratados internacionales los que dieron carácter de ley a las políticas de conservación y sostenibilidad, el tratado de diversidad biológica firmado en 1992 por Colombia y ratificado por el congreso en 1993, así como el tratado firmado en la conferencia sobre medio ambiente y desarrollo de la ONU en 1992, fueron los pioneros jurídicos para enmarcar la protección de áreas y hábitats.
A pesar de las referencias en la carta magna y de algunas iniciativas gubernamentales, solo fue hasta el año dos mil, donde Colombia reconoció a las áreas protegidas como parte fundamental del desarrollo y deja de percibirlas como simple áreas de preservación, incluyendo un componente cultural y de desarrollo económico. En el año 2003 se crea la Unidad especial de Parques Nacionales Naturales de Colombia adscrita directamente al Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, con el fin de dar más autonomía financiera y jurídica.
Actualmente a pesar de que Colombia se encuentra entre los promedios estadísticos en cuanto a áreas de conservación en América Latina, al compararlo contra los promedios de naciones industrializadas se presenta un rezago importante. Y es queColombia a pesar de la riqueza natural, que comparte con sus pares americanos, presenta singularidades que hacen la gobernanza de estas áreas un reto significativo para la sociedad y los diferentes gobiernos de turno.
Actualmente uno de los grandes aciertos de la Unidad de Parques Naturales de Colombia ha sido la neutralidad y gestión de los parques en medio del conflicto armado colombiano. Teniendo en cuenta que muchos de estos parques son escenarios de combates entre la fuerza pública y los grupos al margen de la ley, la gestión ha sido continua. Así mismo se debe tener en cuenta que el conflicto genera desplazamiento no solo hacia las grandes ciudades sino hacia zonas de reserva, actualmente viven dentro de áreas de protección y conservación cincuenta y cinco mil personas (Tomado de Parques naturales de Colombia, 2013), lo que se convierte en un reto para la gestión de estas áreas y a la vez una amenaza para biodiversidad de estos sitios.
Al día de hoy Colombia cuenta con casi quince millones de hectáreas en áreas protegidas, por lo que representa casi un 12% del territorio nacional, sin embargo en los últimos años, al aumentar los territorios y mantener el presupuesto, la productividad de la unidad de parques naturales ha venido disminuyendo. Aunque el presupuesto aumenta cada año no lo hace de acuerdo al crecimiento y necesidad de las áreas. Las conocidas locomotoras de desarrollo del gobierno actual han puesto una presión sobre las áreas protegidas, la explotación de hidrocarburos están comprometiendo zonas protegidas y solo hablamos de la minería legal, hay áreas donde existe explotación a menos de 500 metros. Mientras la sociedad colombiana no entienda que los parques naturales no son un problema de conservación, sino de desarrollo económico, y una apuesta social más que jurídica, donde decidimos preservar áreas para nuestro bienestar, los recursos y políticas nunca van a ser lo suficientemente representativas y pueden comprometer el desarrollo económico del país. ¿Cuál sería la repercusión de dejar a Bogotá sin los recursos hídricos que le aporta Chingaza, hay desarrollo sin agua?