“La agricultura juega un papel muy importante en el desarrollo económico del país, pues es la principal fuente de ingresos del área rural, hace un aporte significativo al avance económico, la mitigación de la pobreza, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible de Colombia” (Vargas, 2016). No es un secreto que Colombia es un país agricultor, y, que la agricultura, así como se menciona en la anterior cita, es uno de los factores significativos para la economía del país. Según las estadísticas del Banco Mundial, la agricultura ha representado en los últimos 15 años entre el 6% y el 8% del PIB de Colombia (Banco Mundial, 2017). Y, para el año 2017, la población rural del país era del 45,26% de la población total.
Teniendo en cuenta lo anterior, es evidente que un gran porcentaje de las personas en Colombia vive en zonas agrícolas, trabajan en el campo y reciben gran parte de sus ingresos gracias a este. Lastimosamente, la mayoría de las personas que viven en las zonas rurales del país y que trabajan en el campo como empleados del gran latifundista, son de escasos recursos.
¿Qué implica lo anterior?
Si se fueran a desarrollar las granjas verticales en Colombia, probablemente se desarrollarían en las ciudades, no en el campo. Esta nueva tecnología requiere de una alta inversión, que es difícil de adquirir. Por esto, es posible que las personas que implementen las granjas verticales sean personas de altos recursos. Ahora bien, parte de la tecnología de estas granjas es la automatización de los cultivos, lo que quiere decir que la mano de obra se disminuye significativamente.
De ser exitosa la implementación de granjas verticales en las ciudades del país, gran parte de la demanda de comida se vería satisfecha con estos cultivos, disminuyendo la necesidad de cultivar en el campo. Así las cosas, muchos campesinos se quedarían sin trabajo, incrementando el desempleo y la pobreza del país. Para ahondar más en este tema, en el siguiente artículo voy a presentar cifras exactas que comparan la productividad y los costos de las granjas verticales con los de la agricultura tradicional.
Además de esto, uno de los factores competitivos más importantes del país se reduciría de manera significativa. Colombia cuenta con una amplia gama de terrenos, biodiversidad y climas que le permiten cultivar numerosas especies: “[…] al Colombia contar con amplio mosaico de climas, que van desde los más fríos a 0 °C en las cumbres de las montañas, hasta los más calurosos a 30°C en las costas” (Toda Colombia, 2018). Esta gran cualidad, que pocos países tienen, es uno de los grandes diferenciadores del país. Sin embargo, debido a que las granjas verticales pueden generar cualquier ambiente que el cultivo necesite sin importar la ubicación geográfica donde se encuentre la granja, este factor diferenciador va a dejar de importar.
Es por todo lo anterior, que considero importante proyectar estos avances tecnológicos hacia el futuro, para comenzar a discutir sobre cómo implementarlos para lograr un mayor beneficio para todos los integrantes del país.
Referencias:
Elcampesino.co, La agricultura colombiana en el contexto de la globalización, Katherine Vargas Gaitán, 7 de marzo de 2016. Recuperado de http://www.elcampesino.co/la-agricultura-colombiana-en-el-contexto-de-la-globalizacion/
Primera imagen: #IncoderLoAcerca al programa del Min. Agricultura «Colombia Siembra», recuperada de: https://www.youtube.com/watch?v=tQlchHWgInY
Banco Mundial, Agricultura, valor agregado (% del PIB), 2017. Recuperado de: https://datos.bancomundial.org/indicador/NV.AGR.TOTL.ZS?locations=CO el 27 de agosto de 2018.
Toda Colombia, La cara de Colombia, Clima de Colombia, 2018. https://www.todacolombia.com/geografia-colombia/clima-colombia.html
Agriculturers. “¿Qué Futuro tienen las granjas verticales? Recuperado de: http://agriculturers.com/que-futuro-tienen-las-granjas-verticales/ el día 27 de agosto de 2018.