Es uno de los sectores con mayor potencial por la versatilidad de usos y aplicaciones de sus productos, tales como aceite de cocina, grasas especiales, sustitutos de manteca de cacao y de grasas animales, margarinas, productos de aseo, jabones, detergentes, cosméticos, cremas dentales, velas, lubricantes, pinturas, biocombustibles y energía eléctrica, entre muchos otros.[1] Es correcto afirmar que la palma de aceite hace gran parte de la vida de las personas; se encuentra presente en la mayoría de alimentos y artículos de uso diario.
En este contexto, Colombia es actualmente el primer productor de aceite de palma en América y el cuarto en el mundo. Sin duda alguna, es una muy poderosa industria que podría ser capaz de aportar estabilidad económica y social a todo un país. El país cuenta con 58 núcleos palmeros distribuidos en cuatro zonas: la zona norte, compuesta por la Costa y el Cesar con 15; la zona central, compuesta por el sur del Cesar; Bucaramanga y Norte de Santander con 13; la zona oriental compuesta por el Meta y Casanare con 25; y el suroccidente, compuesto por Tumaco y Caquetá con 5.
Imagen tomada de: http://anif.co/node/5045
La demanda por el aceite de palma se ha incrementado a través de los años al igual que la variedad de usos. Es un producto con mucho valor y mucho futuro ya que genera grandes utilidades a los miembros del sector y también se le visiona como el gran sustituto del combustible. Adicionalmente, existe la idea de un Plan Nacional para el Desarrollo Integral de la Agroindustria de la Palma de Aceite en Colombia; una estrategia fundamental a nivel nacional que garantice la sostenibilidad económica y social del sector. El plan fue estructurado por el Dr. Arturo Infante Villarreal, y es un modelo ejemplar para poner en funcionamiento especialmente en estos días que estamos próximos a firmar la paz.
Infante traduce el Plan como: “El esquema social y financiero para el desarrollo de proyectos integrales de palma de aceite en Colombia”, en el que propone una expansión en la cadena productiva de esta industria agrícola. El Plan consiste en sembrar 830.000 nuevas hectáreas de palma de aceite en plantaciones grandes, de 30.000 hectáreas cada una, desarrollándolas en bloques de 5.000 hectáreas. El autor comenta que debe ser una siembra de este tamaño para así aprovechar las economías de escala en el establecimiento, mantenimiento y explotación de las plantaciones para poder competir en los mercados internacionales. Dicho autor, ex Rector de Uniandes, ex embajador en Malasia y antiguo miembro especial de la Junta Directiva de CENIPALMA, reitera que en los países lideres la industria palmer, Indonesia y Malasia, una plantación de 20.000 hectáreas es difícilmente eficiente para enfrentar los mercados internacionales.
Imagen tomada de: http://www.fao.org/agronoticias/agro-noticias/detalle/en/c/163417/
La expansión de las plantaciones debe ir acompañada de un crecimiento sincronizado de la industria intermedia del aceite para penetrar los mercados internacionales con productos que cuenten con un valor agregado. Las fábricas existentes en Colombia son pequeñas con capacidad de 200 toneladas por día, mientras que los países líderes tienen capacidades de 1.000 toneladas por día, o más. Adicionalmente, la industria oleoquímica (fabricante de productos especializados) prácticamente no existe en Colombia. “En Malasia, el líder mundial, existe una gran integración entre las plantaciones, la industria intermedia y las instalaciones oleoquímica que funcionan mediante acuerdos con las grandes empresas multinacionales del sector como Procter & Gamble, Cargill, Nestlé, Henkel, Cognis y Kao”[2].
El propósito del Plan va más allá de lo económico. Este busca contribuir significativamente a apaciguar los graves problemas sociales que sufren las zonas rurales mediante el ofrecimiento de empleo y vinculación como copropietarios de las nuevas plantaciones a la población más vulnerable. Entre ellos se encuentran los campesinos pobres, los desplazados de la violencia (quienes en un 60% están integrados por mujeres cabeza de familia), los campesinos a quienes se quiere remover de cultivos ilícitos y por último, a los combatientes reinsertados a la vida civil. El plan proveería ingresos a cerca de 440.000 trabajadores y sus familias, incluyendo a los 75.000 que ya se están beneficiando con los empleos directos e indirectos de la industria palmera.
Imagen tomada de: http://www.colombia.com/actualidad/economia/sdi/84579/la-palma-revive-en-tumaco-una-de-las-zonas-mas-conflictivas-de-colombia
El Plan requeriría una inversión de $4.355.125 (pesos en 2002) por hectárea hasta la etapa productiva, que empieza tres años después de la siembra, lo cual arroja un gran total de aproximadamente US$ 1.095 millones para las 800.000 has a la tasa de cambio actual ($3,300 por dólar), sin incluir el valor de la tierra ni las plantas extractoras del aceite. Los estudios previos de evaluación edafoclimática adelantados por Fedepalma, Finagro y una misión de Malasia que visitó a Colombia, indican que existen 3,5 millones de hectáreas aptas para el cultivo de la palma en varias zonas del país, siendo las más prometedoras las ubicadas en el Magdalena medio y bajo, debido al atractivo de las tierras en sí y al sistema de transporte existente, el cual puede ser reforzado con la navegación fluvial del río Magdalena[3].
Tomado de: http://riodeoro-cesar.gov.co/apc-aa-files/65353237353930643863316363336662/Corte_de_palma.jpg
En conclusión, el aceite de palma es un producto que cuenta con un alto valor económico gracias a las grandes demandas mundiales. Es también un producto que cuenta con muchísimos usos y fines, lo que lo hace muy atractivo a futuro. Implementando el Plan creado por Arturo Infante, la palma de aceite le garantizaría ingresos a cerca de 440.000 trabajadores y sus familias. Entre los beneficiados se vería la población rural marginada que gozaría de un porcentaje de las acciones, convirtiéndose en copropietarios de la plantación en la cual trabajarán. Campesinos pobres, desplazados, sembradores de cultivos ilícitos y ex guerrilleros serían los grandes beneficiados con este plan; y así mismo, Colombia se volvería más competitiva y conquistaría parte del mercado internacional del aceite de palma.
Bibliografía
[1] Portafolio. (2014). Economía. Colombia, cuarto productor de aceite de palma en el mundo. Tomado el 11 de feb. de 16 de: http://www.portafolio.co/especiales/portafolio-21-aniversario/colombia-productor-aceite-palma-2014
[2] Infante, A. (2002). Módulo Académico. El esquema social y financiero para el desarrollo de proyectos integrales de palma de aceite en Colombia. Tomado el 11 de feb. de 16 de:
http://publicaciones.fedepalma.org/index.php/palmas/article/viewFile/945/945
[3] Infante, A. (2002). Módulo Académico. El esquema social y financiero para el desarrollo de proyectos integrales de palma de aceite en Colombia. Tomado el 11 de feb. de 16 de: http://publicaciones.fedepalma.org/index.php/palmas/article/viewFile/945/945