Casi todas son en aumentar los impuestos a las industrias contaminantes y modificar el origen de las fuentes energía que existen en cada país. Sin embargo, los creadores de estas políticas de mitigación no están teniendo en cuenta que la captura de dióxido de carbono es igual de importante a reducir sus emisiones. Hay países donde los enfoques de castigar a los sectores altamente contaminantes poco han servido debido a que la oferta de energía de cada uno es altamente dependiente de combustibles fósiles lo cual llevaría a la quiebra de varios sectores. Es por esto, que dar premios puede servir para llevar a un planeta carbono neutro. Por ejemplo, premiar la reforestación es necesario ya que trae más de un beneficio medioambiental al planeta. No sólo se restaura la capa vegetal, sino que contribuye a recuperar el hábitat de especies en vía de extinción y reduce la erosión. Cabe anotar que muchas de las economías más contaminantes tienen grandes extensiones de territorio que podrían servir para la mitigación de sus emisiones si son bien manejadas. Así, premiarlos puede ayudar a que sus economías se vuelvan carbono neutras mientras las soluciones de largo plazo se implementan.
Los enfoques usuales no se pueden aplicar en todo lado. El caso de la industria de aluminio es un ejemplo de esto. Esta es una industria que contribuye sólo el 1% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y el líder mundial es China que produce el 58% de la producción mundial. Un dato importante es que la energía utilizada para su producción viene en un 90% de combustibles fósiles y que dadas las tendencia históricas, ha ido aumentando su efecto en el cambio climático. Ya que China es un país que depende mucho de combustibles como el carbón para su oferta de energía, no es posible que en el corto plazo haya un efecto significativo en la reducción de gases efecto invernadero. Además, ponerle impuestos a la industria del aluminio, podría encarecer la industria y no solucionaría el problema en el corto plazo. Para volver este sector carbono neutro, habría que ubicar las fuentes de energía muy cerca de las fábricas para aumentar la eficiencia de estas, lo cual saldría costoso y seguramente llevaría altos costos de transacción. Adicionalmente, hay sectores más urgentes como el sector agrícola que libera muchas más emisiones que el aluminio.
Es por esto que en vez de castigar a algunos sectores, hay que buscar soluciones interconectadas. El cambio climático viene de la emisión de gases efecto invernadero y el 10.3% de estos se produce debido a la deforestación. Si bien pedirle a sectores como el del aluminio que sean más eficientes respecto a su uso de energía es necesario, hay que buscar que las fuentes más altas de dióxido de carbono sean tratadas urgentemente. Al ver las cifras, si se reduce la deforestación en un punto, se haría lo mismo que si el sector del aluminio fuera carbono neutro y sin tantos costos respecto a las fuentes de energía. Además, la reforestación necesita mano de obra poco calificada para sembrar los árboles y mano de obra calificada para mantener estos cultivos. Esto llevaría a un aumento en el empleo de regiones donde se hagan proyectos de este tipo. A esto, podría sumársele que al ser proyectos de largo plazo, se requerirá de guardabosques y otros profesionales de esta rama para controlar la evolución de los cultivos. En países como Colombia el cual tiene área en los Andes altamente deforestadas, podría ser una fuente de empleo sostenible en el largo plazo.
Para plantear estos proyectos, hay que entender que la deforestación es un ciclo normal llamado la Curva Forestal. A medida que la población aumenta, se necesita espacio para siembra, construcción y otras actividades que son necesarias para el bienestar humano. La primera parte de este ciclo es cuando la gran mayoría de un país está cubierto en árboles ya que la población no ja crecido lo suficiente como para afectar el terreno. En la segunda etapa, hay un aumento en la población y un crecimiento económico, razones por las cuales se empieza a cambiar el uso de suelo, deforestando los bosques del lugar. La tercera etapa comienza cuando a medida que la capa vegetal disminuye, los males como la erosión, especies en peligro en extinción y la desertificación hacen que las autoridades de cada país tomen acciones para reducir la tasa de deforestación. Así, se empieza a reforestar las áreas afectadas. La cuarta etapa está marcada por los inicios de los esfuerzos para recuperar la capa vegetal y la quinta y última, es cuando ya hay un cambio significativo en el área de bosques.
La evidencia empírica de esto abunda alrededor del mundo. Hay casos de transición como el de Costa Rica el cual en 1980 tenía sólo un 20% de su superficie cubierta por bosques y que hoy en día esa cobertura ha aumentado hasta el 50%, o el caso de México donde en los años 90 se perdía un 2% de cobertura forestal por año y en el periodo del 2005 al 2010 este número cayó casi a 0%. Lo que muestra es que a pesar de ser un mal necesario para asegurar que la raza humana cumpla con sus necesidades, nosotros lo podemos arreglar. Si bien la transición de la etapa dos a la etapa tres no es del todo clara, lo que sí es claro es que cerca al final de la etapa dos hay grandes extensiones baldías de lo que fue bosque y que no se siguieron usando, las cuales se pueden usar para reforestar. Esto hace que la tierra esté disponible por equilibrio natural y así hay oportunidades de restaurarla sin incurrir en mayores costos para adquirirla.
Cabe anotar que no todos los países están en el mismo momento de desarrollo y eso afecta la capa forestal del planeta. Mientras regiones como la de Europa Occidental y Norteamérica están en la última etapa de esta curva desde hace mucho tiempo, los países con alta cobertura forestal apenas están en las primeras etapas. Entre estos se encuentra Brasil, Indonesia, India y la República del Congo, los cuales tienen un gran parte de bosques del planeta y donde desde hace tiempo se ve cómo la pérdida de bosque ha llevado también a que haya especies en peligro de extinción y desertificación[1]. En este momento si bien el desarrollo de muchos de estos países no está completo, ya hay espacios en los cuales se puede reforestar por lo cual es bueno empezar a llenarlos para ayudar a la transición de la etapa 2 a la 4.
Como se puede ver, la deforestación se ha reducido, pero no ha aumentado la cobertura vegetal. En Brasil, la deforestación fue alta en la década de los 2000 y se empezó a regular gracias a una estrategia de crear parques naturales y también de reducir la presión de los entes que causan la pérdida de cobertura vegetal. Una lección valiosa es que tener guardabosques no es la mejor decisión ya que dado el ciclo económico, se incrementa la tala de árboles cuando algún commodity está en un precio alto y se tiende a buscar más tierra para cultivarlo. Por lo tanto, el Estado debe buscar estrategias alternativas tales como la ya mencionada o usar árboles de rápido crecimiento para explotar un área y sacar papel, a la vez que se siembran árboles de largo crecimiento que estarán en estos lugares a largo plazo. Esto llevará a que más países salgan de la etapa 2.
El incentivo de esto no debe ser castigar a los que no reforesten sino premiar a los que lo hagan. Esto se puede hacer a través de bonos de carbono adicionales para que se vendan en el mercado, reducción de deudas internacionales e incentivos monetarios para las comunidades que lo hagan para evitar situaciones estilo “la tragedia de los comunes”. Más que castigar, el cual ha mostrado ser efectivo, premiar puede servir a veces para llegar al mismo resultado en casos como este. Lo que deberían hacer entonces los interesados es crear políticas públicas que alineen el desarrollo con la reforestación, para así complementar los esfuerzos ya repetitivos de crear impuestos e implementar energías alternativas los cuales han avanzado lentamente.
En conclusión, es bueno usar enfoques complementarios para detener el cambio climático. Ya que en algunos casos reducir emisiones trae unos costos altos, es bueno adaptar una solución para cada país según su situación única en el planeta. De esta manera, se hacen enfoques especializados que llevan a soluciones concretas más rápido de lo que se espera. En unos países los impuestos pueden servir y el uso de energías renovables se puede lograr fácilmente. En otros donde estas tecnologías escasean, se puede buscar orientar los esfuerzos a la captura de dióxido de carbono y no a sus emisiones. Si se usa la curva forestal a favor, va a ser fácil tener soluciones conectadas donde además de reducir la deforestación, se reducirá la presión sobre ciertas especies animales y se reducirán los impactos como la erosión. Un análisis interesante sería ver si en Colombia esto podría servir ya que varios intentos de recuperación de cobertura vegetal han terminado en acidificación de la tierra por no usar las especies adecuadas.
Bibliografía
Philippe Chamin et Yves Jégourel. Diario Les Echos 24 de Noviembre de 2015. Donner un Prix au carbone. Le cas d’école de l’aluminium. Edición en Línea. Consultado el 6 de Agosto de 2016. http://www.lesechos.fr/24/11/2015/LesEchos/22072-042-ECH_donner-un-prix-au-carbone—le-cas-d-ecole-de-l-aluminium.htm?texte=yves%20jegourel
Grupo Allianz. 15 Sources of Greenhouse Gases. Edición en Linea. Consultado el 6 de Agosto de 2016. https://www.allianz.com/en/about_us/open-knowledge/topics/environment/articles/140912-fifteen-sources-of-greenhouse-gases.html/#!m9e9f7f0d-1392-4218-9048-7761c372a361
Grupo Allianz. Top 10 Biggest forests in the World. Recurso en Línea. Consultado el 6 de Agosto de 2016.https://www.allianz.com/en/about_us/open-knowledge/topics/environment/articles/091216-ten-of-the-worlds-most-important-forests.html/#!ma248826c-db43-4eed-bd38-20d4e0b63022
The Economist. Agosto 23 2014. A clearing in the trees. Edición en Línea. Consultado el 6 de Agosto de 2016. http://www.economist.com/news/international/21613327-new-ideas-what-speeds-up-deforestation-and-what-slows-it-down-clearing-trees