Los contratos a futuro tienen una incertidumbre a considerar muy importante. Si el día en el que se realiza el contrato, a seis meses por ejemplo, se establece que el precio al que se va a pagar el kilo de papa es de $600 pesos, pero el precio de la papa ese día es de $1000 o $1200 pesos, pues la asimetría de poderes entre el agricultor y la industria se hace presente. El agricultor es poseedor de un libre albedrío y puede decidir si acepta en contrato con las condiciones dadas, o si prefiere pasar en esta oportunidad teniendo en cuenta su estructura de costos, su eficiencia operativa y demás variables a sopesar. Ahora mirando otro caso, si el día de la entrega el precio de la papa está en $900, el agricultor debe tener la cultura y los pantalones para respetar el contrato porque no son $300 pesos que está dejando de ganar, ya la papá se vendió hace seis (6) meses a un precio dado.
Con los precios de los contratos, el agricultor debe ser cuidadoso para que su estructura de costos y gastos se alcance a cubrir. En condiciones normales, es decir, con cultivos de producción aceptable, en condiciones fitosanitarias normales que no van a implicar un aumento de los costos, Enrique y sus asociados tienen calculado que con cuarenta (40) toneladas por hectárea, a $500 pesos el kilo se llega al punto de equilibrio es decir veinte millones de pesos ($20´000,000) ajustando apropiadamente la estructura de costos. Sin embargo, típicamente en la estructura de costos del campo colombiano no se incluyen rubros como gastos de administración, la corrección monetaria y el desgaste de maquinaria (depreciación) entre otros, los cuales, según Enrique si se debería incluir en la estructura de costos y gastos. Debido a lo anterior es que el objetivo de Enrique, por obvias razones, no es producir esas cuarenta (40) toneladas, sino sesenta (60) y de ahí para arriba.
Para Enrique, nadie le dijo la verdad completa al país, en donde habrá cambios en la Constitución y donde recientemente la Corte Constitucional aprobó que durante tres (3) periodos presidenciales no se va a poder tocar el Acuerdo. El presidente no puede afirmar que la paz en Colombia es una realidad, basándose en el simple hecho de que se firmó un Acuerdo con un grupo. El costo de este Acuerdo es lo que costó un premio Nobel de Paz, y dicho costo lo asumirá todo el pueblo colombiano. De acuerdo con Enrique, se le va a quitar presupuesto a la educación y a la infraestructura para el sostenimiento de aquello que se prometió en el Acuerdo. Toda la información utilizada para este artículo fue obtenida a partir de la entrevista telefónica realizada a Enrique Puerto en 21 de febrero de 2017.