Las ambiciosas políticas en materia de responsabilidad social y una participación del 45% en el mercado nacional, reflejan la integralidad y solidez de esta organización.
Alberto Llano, fundador de Te hindú, empezó a experimentar con la siembra de la mata de té en su finca, ubicada en Bitaco, corregimiento del municipio de La Cumbre, Valle del Cauca. Este emprendimiento fue impulsado por la secretaria de agricultura del Valle, quien le propuso cultivar un producto diferente al café, con el fin de aumentar la variedad de cultivos en la región. La oferta se debió a la similitud del microclima de Bitaco con el de Sasaima Cundinamarca, que en ese momento era la única región con tétales en Colombia. Los 2050 metros de altura y el extenso bosque de niebla, proporcionaron un entorno ideal para el crecimiento de la planta de té, que hoy en día abarca 113 hectáreas.
La empresa Agrícola Himalaya es la principal fuente de empleos del pueblo Bitaco y sus alrededores, dándoles sustento a más de 200 familias. El compromiso con el desarrollo de la región es un pilar esencial de la compañía, que se ha visto reflejado en la creación de la fundación Agrícola Himalaya, la cual financia y propicia los ambientes de educación, recreación y cultura de los niños. Adicionalmente, la creación del fondo de empleados ha incrementado los ingresos de los vinculados y les ha inculcado la cultura del ahorro como condición de progreso. Una región pobre, azotada por la violencia que seguirá dependiendo en gran medida de esta agroindustria.
Sin embargo, la unidad de negocio agrícola de la compañía no es rentable. El salario diario de un trabajador en India es de cuatro dólares, mientras que en Bitaco, teniendo en cuenta prestaciones, bonificaciones y el componente del fondo, es de 24 dólares. El 70% del costo de un kilo de té es la mano de obra, lo que encarece considerablemente la producción en Colombia comparada con la de países como India. Lo más sensato, desde la perspectiva de rentabilidad, seria importar té a granel y venderlo con la marca Te Hindú.
Debido al ADN de la empresa, el cual prioriza el desarrollo sostenible de la región, la valiosa marca posicionada desde hace 50 años ha apalancado los altos costos de producción, permitiendo la continuidad y el éxito del negocio. No obstante, esta coyuntura vislumbra una problemática para los únicos accionistas, pertenecientes a la segunda generación familiar; “¿Qué pasará cuando no estemos al frente del negocio? ¿Acaso los próximos dueños estarían dispuestos a sacrificar rentabilidad por el progreso de una región que no sienten propia?”(Carlota Llano, accionista de Agrícola Himalaya)
Hace 10 años, Te hindú comenzó a replantear su estrategia competitiva con la creación de la marca “Té Bitaco”, en aras de incrementar el valor de sus plantaciones. Este es un té gourmet de origen, denominado así porque solo puede provenir de esta región. Su alta calidad se debe a un método de procesamiento llamado Ortodox, en el cual se recolectan, en vez de todas las hojas, las dos más pequeñas que concentran todas las propiedades; además de diferir en el proceso de producción con el del té convencional. El té Ortodox de origen cuesta en el mercado entre 25 y 50 dólares el kilo, mientras que el té convencional no vale más de 5 dólares.
El Té Bitaco ha logrado dos certificaciones reconocidas internacionalmente; la europea (Ecocert) y la americana (USDA organic), que acreditan la trazabilidad de su cadena de valor enmarcada en el desarrollo sostenible. Estas acreditaciones le han permitido a la empresa exportar té a granel a reconocidas marcas y casas de té en Norte América y Europa, mercados principales para el té gourmet. La marca Té Bitaco se vende muy poco en Colombia debido a que este es un país cafetero y subdesarrollado en temas de marketing orientado a la responsabilidad social. Por ende, la apuesta de la compañía a corto plazo se basa en que las exportaciones, abanderadas por el té de origen, representen el 30% del total de las ventas para el 2018.
La empresa Agrícola Himalaya S.A se ha enfrentado por muchos años a las difíciles condiciones del agro en Colombia. La violencia, la desatención estatal rural, la baja inversión al sector agrícola y la falta de políticas contra las importaciones, son algunas de los factores con los que Té Hindú, al igual que muchas empresas agroindustriales han tenido que lidiar para mantener su competitividad. La generación de valor como consecuencia del “valor compartido”, es una gran oportunidad para el desarrollo sostenible del campo colombiano.
Bibliografía
- Entrevista telefónica con Carlota Llano Restrepo, gerente de la fundación Agrícola Himalaya y accionista.
- (n.d.). Retrieved August 30, 2017, from https://tehindu.com/
- Quiénes Somos. (n.d.). Retrieved August 30, 2017, from http://fundacionagricolahimalaya.com/about-us-grid/donde-estamos/