Hace un par de años tuve la fortuna de estar por varios días en Sincelejo, y como cualquier persona que visita por primera vez un sitio, indagué por la comida tradicional de allí. La respuesta, casi que al unísono fue el “mote de queso”. Mis anfitriones no se equivocaron. Esta sopa, que a la vista permite identificar unos pequeños cubos de queso, tenía un sabor delicioso y textura muy peculiar, algo que no se me hacía familiar con los platos de mi natal Quindío o de Bogotá donde vivo hace muchos años.
Al continuar con mis preguntas, me comentaron que el éxito de dicho plato era un alimento muy usado en la cocina regional, el ñame. Quedé igual de confundido, ya que nunca había escuchado sobre ese producto agrícola.
Esta anécdota es un claro ejemplo del desconocimiento y potencialidades de productos agrícolas en nuestro país, pues si bien en el Quindío el ñame no se conoce y en Bogotá se usa para los comensales oriundos de la costa norte del país que viven o están de paso por la capital, es un producto con alto potencial exportador.
El ñame, conocido en otros países como mapuey, yampi, wanka o en Estados Unidos como yam, es un tubérculo rico en almidón, de allí su utilidad en sopas por su capacidad espesante y para otras preparaciones como dulces o simplemente como acompañante en comidas. Así mismo, demandado por la industria farmacéutica para la obtención de bioplásticos y su posterior uso en elementos médicos como férulas.
En Colombia, aunque existen cerca de 40.000 hectáreas de cultivo en 18 departamentos, los principales sembradíos se encuentran en Bolívar, Córdoba y Sucre, que agrupan el 87% de la producción nacional (MADR, 2019). Tradicionalmente, los cultivos se han centrado en dos variedades con alto apetito en el mercado extranjero: el diamante y espino.
Estos departamentos son actores claves y ponen a Colombia como un jugador relevante en la producción del tubérculo, pues en el 2018 el país logró estar en el top diez de los principales productores y el séptimo exportador a nivel mundial (Procolombia, 2019).
Hoy por hoy, los principales destinos del ñame espino y diamante son Estados Unidos (tienen una fuerte preferencia por productos ricos en fibra), Puerto Rico, Guadalupe, Aruba y Curazao en el caribe (Treid, 2020). Un dato no menos relevante, es que el valor del ñame diamante casi dobla el de la variedad espino en los mercados internacionales.
Si bien el año pasado a raíz de la pandemia muchos negocios se vieron afectados, durante el primer semestre de 2020, Colombia logró exportar casi 5 millones de dólares en ñame. Sigue siendo un número muy pequeño frente a la canasta agroexportadora, pero paso a paso se está haciendo un espacio a pulso. Aquí un reconocimiento especial a empresas como Rosdel, Sierra Nevada Trading y CI Tropical que siguieron con sus procesos de comercio internacional del tubérculo a pesar de las adversidades (Treid, 2020).
Aunque estos números parecen promisorios y con un futuro más que llamativo, la realidad es que detrás ha existido un esfuerzo muy grande de más de las 30.000 familias que dependen de este cultivo. Y no solo es la cantidad de familias, sino su resiliencia por superar las adversidades. Uno de los principales nodos de producción de ñame en el país son los Montes de María, una región que fue histórica y fuertemente azotada por el conflicto armado del país.
En esta hermosa zona, el ñame, el cacao y la miel, se han convertido en cultivos que le apuestan a la paz, generando mayores ingresos a las familias, dignificando la labor del campesino, promoviendo agronegocios de largo aliento y quitándole personas a la guerra.
Tiempo atrás, lo que se conoce hoy en día como el Programa Nuestra Tierra Próspera de USAID, lideró en los departamentos de Sucre y Córdoba la conformación de la Alianza Público Privada del ñame, una iniciativa que juntó esfuerzos de entidades públicas del orden local y nacional, la academia, entes privados, organizaciones de productores y algunos comercializadores en una sola mesa de trabajo.
Con una propuesta aterrizada y una hoja de ruta clara del agronegocio, los esfuerzos estuvieron encaminados en el acompañamiento a más de 500 productores de Montes de María (USAID, 2018), realizando cosechas programadas de alto rendimiento y calidad. El papel de los aliados comerciales ha sido un éxito, fomentando la agricultura por contrato, acordando precios justos y logrando que el producto de los campesinos llegue a las estanterías nacionales e internacionales.
De allí, han surgido otros logros, como la conformación de la Federación Nacional de Productores de Ñame, y en octubre de 2019 el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural dio un espaldarazo a estas iniciativas, formalizando la cadena productiva del ñame, dándole visibilidad en diversos espacios y gestando recursos para seguir impulsando el negocio.
No todo ha sido color rosa para estas iniciativas. La región todavía carece de infraestructura que permita procesos de abastecimiento competitivos. Aún se deben recorrer segmentos a lomo de mula y prevalecen las vías en malas condiciones. Hacen falta sistemas de riego eficientes para estas zonas que son azotas constantemente por olas de calor. Aunque la producción sigue mejorando en calidad y cantidad, es necesario ahondar en apoyos tanto gubernamentales como privados, que sigan fortaleciendo esta iniciativa regional.
El mensaje a la gente del “interior” es cambiar un día la papa por el ñame, darle una oportunidad de ser parte de nuestra dieta, de aprender de otra región y ante todo apoyar a nuestros hermanos a afianzar su agronegocio.
Aún hay mercado por conquistar, aún ñame espino y diamante por pulir.
Fuentes
MinAgricultura. (2019, 24 octubre). MinAgricultura lanzó la cadena de ñame en Bolívar para lograr rentabilidad en las 30.000 familias que dependen del sector. https://www.minagricultura.gov.co/noticias/Paginas/MinAgricultura-lanzó-la-cadena-de-ñame-en-Bolívar-para-lograr-rentabilidad-en-las-30-000-familias-que-dependen-del-sector.aspx. inAgricultura.gov.co
Procolombia. (2019, noviembre). Colombia Exporta Agro. https://www.procolombia.co
Tejeda Benítez, Lesly Patricia; Tejada Tovar, Candelaria; Villabona Ortiz, Angel; Tarón Dunoyer, Arnulfo; Barrios Mindiola, Rusbelt; Tejeda Benítez, Leanny Malena (2008). Aprovechamiento del ñame espino (dioscorea rotundata) en la producción de bioplásticos. Prospectiva. Vol. 6, Nº 1, pp 68-74. Universidad Autónoma del Caribe
Treid, I. (2020, 23 noviembre). Comportamiento de las exportaciones colombianas de ñame en el primer semestre de 2019 y 2020. Treid.co. https://www.treid.co/post/comportamiento-de-las-exportaciones-colombianas-de-name-en-el-primer-semestre-de-2019-y-2020
Usaid. (2017). Alianza Público Privada del ñame para los Montes de María. https://www.tetratech.com
Vargas, P; Hernández, D. (2012). Harinas y almidones de yuca, ñame, camote y ñampí: propiedades funcionales y posibles aplicaciones en la industria alimentaria. Tecnología en Marcha. Vol. 26, Nº 1, pp 37-45.