Este escrito busca mostrar con claridad los tres principales problemas que sufre este producto en su cadena de valor (cadena de valor – parte del productor), y busca identificar una manera de superarlos o ejemplificar la forma en que los agricultores del país los enfrentan.
El primer problema que afecta el cultivo de aguacate es el robo. Las fincas de aguacate son víctimas constantemente de robo de fruta en el país, esto debido al comercio informal que tiene la fruto al rededor de la nación a través de los vendedores ambulantes o callejeros, los cuales en su gran mayoría venden fruta robada. Frente a este problema los aguacateros toman medidas drásticas pero costosas como la implementación de tramperos armados, vigilancia motorizada las 24 horas, alarmas perimetrales, entre otras, pero estas medidas no son suficientes para evitar que la utilidad del negocio se la lleven los dueños de lo ajeno.
En segundo lugar se encuentran las dificultades en la comercialización. En este aspecto la plata se la ganan los comercializadores, quienes tienen establecida una mafia de compra y venta, a la cual es difícil de imponerle competencia, ya que tienen copados los principales mercados del país y son ellos quien determinan el valor de la fruta, de tal manera que el agricultor tiene que aceptar los precios establecidos incluso en ocasiones en las que son poco rentables para su negocio. No obstante el problema no termina con las mafias en plazas, ya que cuando los agricultores buscan codificarse en almacenes de cadena, estos imponen las condiciones y nuevamente establecen precios de compra que hacen que el negocio del aguacate resulte cada vez menos atractivo en términos de utilidad esperada.
Por último se encuentran las dificultades en la cosecha, la cual radica en la falta de mano de obra. La falta de mano de obra en épocas de cosecha es uno de los problemas más difíciles de solucionar en el negocio del aguacate, ya que existen dos variables que hacen que el personal disponible para la recolección sea muy escaso y poco calificado. La principal razón por la cual los recolectores no están interesados en recolectar aguacate son los subsidios que el gobierno viene otorgando a diestra y siniestra, ya que de esta manera los que antes eran recolectores prefieren quedarse en la casa “rascándose el ombligo” que salir a trabajar, pues es mejor negocio tener los subsidios del Estado que cobrar por el trabajo de recolección. A ello se le suma la forma de remuneración que es utilizada en la recolección de aguacate, ya que las personas que recolectan aguacate son jornaleros, mientras que a quienes recolectan café se les paga por peso recolectado, lo cual hace más atractivo recolectar café que aguacate, de tal manera que la recolección de aguacate se queda sin mano de obra.
Aunque el cultivo de aguacate en Colombia tiene estos tres problemas claramente evidenciables, los aguacateros del país se las han ingeniado para salir adelante y generar una cultura de aguacate en especial en zonas como el eje cafetero que ahora podría pasar a llamarse el eje aguacatero, y que en un futuro debería poder dar solución a estos problemas a través de la implementación de cooperativas de aguacateros o instituciones por el estilo que se encarguen de velar por los intereses de este gremio que está naciendo en el país.