Si bien esto significa una gran oportunidad para activar la economía local de los lugares más turísticos, también impone algunos riesgos de contaminación y erosión de reservas y parques nacionales naturales. Colombia, al ocupar el segundo puesto entre los países más biodiversos del mundo, ofrece la experiencia de un turismo que se ha mantenido en tendencia: el turismo ecológico. Como oportunidad económica, un turista tradicional gasta $80 dólares diario, mientras que un turista interesado en el turismo de naturaleza gastaría alrededor de $66 y $400 USD (Arango, 2020), esto se debe a que para este turismo surge un segmento de mochileros y consumidores de lujo. Y, según un informe del Banco Mundial sobre turismo sostenible, una inversión pública en áreas protegidas es beneficiosa y genera altos retornos de inversión, con un retorno de $6.2–$-28.2 por cada dólar público invertido, a partir de una muestra tomada en los países de Brasil, Nepal y Zambia (World Bank, 2021).
Además, datos de la Organización Mundial del Turismo arrojaron que esta es una de las principales actividades económicas para varios países en desarrollos y es responsable por generar uno de cada 11 empleos en el mundo. Lo que es aún más cierto en el Caribe, pues debido a los requisitos del sector turístico, que parte de su actividad se basa en servicios y atención personal, se requiere mayor volumen de empleados en comparación con otros sectores más tecnificados. Sin embargo, estos puestos laborales se caracterizan por exigir un bajo nivel de calificación, por lo que el reto está en crear empleos y oportunidades de calidad.
En el 2019, el MinCit reportó que ese había sido el mejor año para el turismo colombiano hasta el momento, con un record histórico en ocupación hotelera del 57.8% y aumento de ingresos por 10 puntos porcentuales. El viceministro de Turismo, Julián Guerrero, explicó que: “Colombia está de moda y nuestro incremento en el turismo receptivo va en una tendencia positiva en contraste con Suramérica. El país crece seis puntos porcentuales por encima de la región. Mientras esta última decrece 3,5%, Colombia sube 2,7%” (MinCit, 2019). Con la crisis sanitaria del Covid-19, “de acuerdo con el DANE, en julio de 2021, la ocupación de alojamiento registrada fue de 43,4% 29,4 puntos porcentuales (p.p.) por encima del mismo mes de 2020 y 6,0 p.p. por debajo del mismo mes de 2019” (MinCit, 2021). Sin embargo, las visitas a parques nacionales naturales, aunque presentan una disminución del 56,4% frente al periodo de julio 2019, en lo que lleva del 2021, ha incrementado un 21,3% en relación con el mismo periodo del 2020.
El Gobierno debe continuar con sus esfuerzos de promocionar el turismo nacional, pues en los periodos entre 2017 y 2019, en el Travel & Tourism Competitiveness Index, Colombia escaló 13 puestos, posicionándose de número 55 entre 140 países que fueron evaluados y fue reconocido como el país con mayores mejoras en seguridad y protección. Otras cifras alentadoras del MinCit revelan que en el 2010 el país recibió USD 2.8 billones en ingresos extranjeros en viajes y transporte, mientras que en el cierre de 2019 recibió USD 6.751 billones.
Otra tendencia que se ha derivado del turismo sostenible y que, a su vez, se ha promocionado como turismo de lujo es el glamping. Según datos de octubre de 2020, mientras que los hoteles tradicionales reportaron una ocupación del 14%, los glampings alcanzaron una cifra del 49% (El Tiempo, 2020). A hoy día, los glampings que tienen mayor reconocimiento en el país no tienen disponibilidad para los fines de semana dentro de los próximos dos meses, como es el caso del Bubble Sky Glamping en Antioquia y Entre Ríos en el Quindío. Estos hospedajes siguen un estilo de hotel boutique, así pues, no superan las 15 habitaciones y sus precios oscilan entre los $300.000 y $1.500.000 COP por noche. Sin embargo, estas cifras solo dan cuenta de una muestra del total de glampings; en este sentido, no se ha logrado captar estadísticas concretas para todo el sector de este tipo de hotelería. Por ejemplo, la Asociación Hotelera y Turística de Colombia Cotelco no cuenta con cifras de los glampings como un sector hotelero, pero se cree que existe sobreoferta de habitaciones y hospedajes.
Por ejemplo, el glamping Nido del Condor en Caldas, cobra un poco más del millón de pesos colombianos por noche y solo cuenta con cinco habitaciones. Su público objetivo se concentra en un nicho de turistas extranjeros, interesados en el turismo de naturaleza y avistamiento de aves. La gerencia de este hotel ha sabido atender las expectativas de sus clientes potenciales, por lo que algunas habitaciones ofrecen vista de las estrellas, otras de flores o de cultivos de café, y otras funcionan bajo estándares sostenibles y están construidas con materiales amigables. Además, han “resembrado 67 hectáreas de bosque que fueron destruidas por la ganadería, y trabajan en la restauración de la fauna y flora local. Cuentan con un biólogo encargado de estudiar y monitorear al cóndor y un guía turístico que identifica cada una de las especies que pueden avistarse” (El Tiempo, 2020).
Los gobiernos departamentales adelantan planes de desarrollo que se enfocan en destinar recursos públicos y en acompañar a los emprendimientos nacionales de turismo ecológico. Como el Departamento del Quindío, que con el Plan de Desarrollo Departamental 2020-2023 apoya a sus doce municipios en el proceso de certificación NTS-TS001-1[1] y en mejorar la infraestructura de la región para impulsar los productos turísticos (Plan de Desarrollo Departamental, 2020). Colombia tiene la oportunidad de atraer inversión extranjera para adecuar sus recursos y parques nacionales naturales, bajo estándares responsables y de sostenibilidad, con el fin de impulsar el sector turístico junto con las economías locales.
Para esto, las entidades gubernamentales deben empezar por desarrollar y mejorar la infraestructura de las zonas más turísticas, junto con integrar a las poblaciones aledañas para que perciban oportunidades de movilidad social e impulsos a su economía local. Un alivio para los gobiernos es colaborar con el sector privado, por medio de concesiones en estos parques nacionales. Si bien los agentes privados en turismo y hotelería deben involucrarse en estos desarrollos, esto debe ser un esfuerzo conjunto con los gobiernos departamentales, en donde se creen programas de inclusión social tanto para las poblaciones colindantes como para los turistas, a la vez que se adelantan proyectos turísticos con mayor rentabilidad dentro de estos parques.
[1] Norma Técnica Sectorial Colombiana, que especifica requisitos de turismo sostenible, y permite ofrecer un destino sostenible, de calidad y competitivo a nivel nacional e internacional.
Referencias
El Tiempo. (2020). Los ‘glampings’, crecen en seguidores y precios. El Tiempo.
Gobernación del Quindío. (2020). Plan de Desarrollo Departamental
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. (2021). El turismo en cifras: Julio 2021. Oficina de Estudios Económicos. https://www.mincit.gov.co/getattachment/estudios-economicos/estadisticas-e-informes/informes-de-turismo/2021/julio/oee-yv-turismo-julio-27-09-2021.pdf.aspx
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. (2020). ¡En 2019 el turismo en Colombia rompió récords! MinComercio.
Osorio, Camila. (2011). “De los ambientalistas para santos: no más el modelo de aviatur para parques nacionales”. La Silla Vacía. https://www.lasillavacia.com/historias/silla-nacional/de-los-ambientalistas-para-santos-no-mas-el-modelo-de-aviatur-para-parques-nacionales/
World Bank Group. (2021). Banking on Protected Areas. Washington: The World Bank. https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/35737/Banking-on-Protected-Areas-Promoting-Sustainable-Protected-Area-Tourism-to-Benefit-Local-Economies.pdf?sequence=5&isAllowed=y