Ante el cambio climático debemos maximizar los esfuerzos por prevenir, mitigar y tomar acción ante sus severos efectos. Dado que dichos efectos ponen en condición de extrema vulnerabilidad a la población y afectan contundentemente la producción de alimentos, es vital formular política pública que pueda atender estos aspectos de forma multidimensional.
El tema sobre los principales desafíos que representa la gestión del cambio climático es extenso y se puede desarrollar a profundidad en próximos artículos. Actualmente en Colombia se enfoca en la gestión de la temporada invernal. Eventualmente también se desarrollarán mecanismos para atender emergencias por otros efectos del calentamiento global. Algunos ejemplos que están sucediendo en otras latitudes del mundo justo en este momento son las sequías extremas, y la devastación que ha generado el incremento de las tormentas tropicales que afectan contundentemente a Asia y América central y del norte. Aunque no son realidades ajenas a nuestro país. Recientemente hemos tenido casos como el huracán IOTA que azotó el archipiélago de San Andrés y Providencia en noviembre de 2020, con niveles de devastación nunca vistos.
Según el artículo “Choques climáticos y sus efectos sobre el sector agrícola en Colombia” (BANREP, 2021), en Colombia hubo entre 2008 y 2018 dos temporadas del llamado fenómeno del niño caracterizado por la escasez de lluvias. En el mismo periodo el país ha tenido que lidiar con 4 fenómenos de la niña (lluvias excesivas) y esa tendencia se ha mantenido hasta la actualidad. Es preocupante ver en simultáneo efectos del cambio climático tan distintos a nivel global. Mientras en Colombia hemos tenido un año predominante de lluvias que ha desencadenado inundaciones y deslizamientos en varias regiones del país, en otras latitudes del mundo han padecido tiempos de sequía no vistos en décadas e incluso siglos. Un par de casos son la reciente sequía del río Colorado en Estados Unidos (EL PAÍS, 2022) o la sequía en varios países de Europa que incluso ha permitido descubrir desde huellas de dinosaurios en Reino Unido y embarcaciones de la II guerra mundial en Serbia hasta ciudades milenarias inundadas en Irak, entre otros hallazgos que permanecían debajo del agua hasta ahora (EuroNews, 2022).
El Gobierno entrante no es ajeno a la situación climática que está atravesando el país. Propuestas moderadas han contemplado hacer un mapa de riesgo en el cual se identifiquen puntos geográficos con alto riesgo de efectos invernales en el que no puedan vivir personas (Caracol Radio, 2022). Otras medidas contempladas que implican mayor complejidad son las estrategias de reubicación voluntaria de poblaciones vulnerables a otros lugares menos riesgosos ubicados en predios de extinción de dominio (Radio Nacional de Colombia, 2022). Por otro lado, recientemente se ha comenzado a anunciar una medida que sería de gran polémica en caso de ser efectuada. El presidente puede declarar el Estado de Emergencia lo que le otorga el poder de sancionar “por emergencia” leyes sin necesidad de contar con la aprobación de la rama legislativa (El Tiempo, 2022). Ese sería un acto que genera cierta preocupación, debido a la posibilidad de aprobar medidas que incluso no tienen que ver con la gestión de la emergencia por la ola invernal. Adicionalmente, ese proceso de aprobación de leyes sucede sin el debido control que ejercen las otras dos ramas de poder público.
El periodista César Giraldo Zuluaga publicó un artículo reciente en el que se cuestiona por qué el problema de las inundaciones ha sido recurrente en Colombia. Según los datos que analizó, se han registrado 20,700 eventos de inundación en 50 años. Además, realiza una mirada desde varias perspectivas. Por un lado resalta la falta de uso de tecnología y cómo esos avances generan oportunidades de mejora en la formulación e implementación de política pública. Por otro explica el componente cultural y la relación que tienen comunidades con el territorio. En otros términos, la costumbre ha tenido la población de asentarse en cerca de las rondas de los ríos, lugares que son propensos a desbordamientos de agua. (EL ESPECTADOR, 2022).
Por ello, en este artículo se propone que la planeación y seguimiento de estrategias para gestionar el cambio climático y sus efectos se vuelva una política de Estado y no una política de Gobierno. Es decir que estos temas sean estudiados e implementados por un organismo independiente al gobierno de turno, ya que debe prevalecer la visión a largo plazo y la continuidad de las políticas públicas propuestas. Algo similar a la forma como funciona la independencia del Banco de la República para formular el futuro económico del país, o el mecanismo que utiliza el Departamento de Planeación Nacional para equilibrar los planes de cada gobierno con los objetivos de desarrollo que tiene el país a largo plazo.
No se trata de limitarse a realizar un plan de acción, pues cada gobierno ha desarrollado uno, siendo el más reciente el “Plan integral de gestión del cambio climático del sector agropecuario”, que fue adoptado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural mediante la resolución 355 de 2021 (Min Agricultura, 2021). A pesar de haber tomado más de un año en ser desarrollado, a menos de un año de ser aprobado el ministerio actual ya está convocando a un comité para crear medidas distintas que busquen prevenir riesgos climáticos. En términos coloquiales, ha durado más la extensa temporada invernal actual, que el plan que se diseñó para gestionarla.
Un factor importante que debe contemplar esta Política de Estado es que la atención de las consecuencias provocadas por el desastre natural es la última instancia del proceso. Esas acciones de atención de emergencias sólo deberían ser necesarias si la dimensión del fenómeno climático ha superado la capacidad de otras medidas para prevenir que sucediera o mitigar los efectos que ha causado. Todo lo anterior sin importar el tipo de emergencia, bien sea por exceso de lluvias, sequías extremas que generan incendios o las consecuencias que genera una tormenta tropical. Adicionalmente, no se debe ver esta iniciativa como un mecanismo de reacción ante efectos del cambio climático sino cómo un sistema de previsión. Es decir, si hay una temporada de lluvias no sólo se debe tener en cuenta la atención de emergencias. Se debe planear con antelación a la temporada invernal de qué forma se puede almacenar la mayor cantidad de agua posible, de forma responsable, para estar preparados y tener fuentes hídricas con capacidad suficiente ante una eventual época de sequías. De esa forma no sólo se debe tener en cuenta el factor de emergencia de un momento particular sino también anticiparse en ese momento para analizar la mejor forma de hacer obras para estar mejor preparados para afrontar otros efectos inclementes del cambio climático. Un ejemplo es que en tiempos de sequía es mucho más sencillo construir diques y canales para gestionar el exceso de lluvias. O en sentido opuesto, es en la temporada invernal cuando es el momento ideal de alimentar reservorios de agua que más adelante en tiempos de verano puedan ser fuente hídrica para atender incendios o incrementar la cantidad de líquido vital disponible para la población. Es justamente por eso que se debe pensar en una Política de Estado y no una Política de Gobierno, debido a que hay que hacer planeación estratégica teniendo en cuenta la coherencia de las acciones en largo plazo así como sus efectos en la población, las actividades agropecuarias y el turismo sostenible.
En síntesis, es fundamental velar por la gestión del riesgo ante efectos del cambio climático. También se deben generar los mecanismos de atención a la población que habita en lugares vulnerables a desastres naturales. Adicionalmente se debe priorizar la seguridad alimentaria del país. Lo anterior dado a que la sequía o el exceso de lluvias hace que se pierdan cosechas y dificulta la cría de animales. Para ello se propone fortalecer alianzas entre el IDEAM, la Unidad para la gestión del riesgo de desastres, el Departamento de Planeación Nacional para que planeen y ejecuten acciones entorno a la prevención, mitigación y acción ante el cambio climático. Misión que se debería cumplir teniendo visión de largo plazo cómo una Política de Estado, para que el seguimiento sea continuo y no sujeto a las estrategias de planes de gobierno a corto plazo.
Referencias:
Min Agricultura (2021, octubre). Plan integral de gestión del cambio climático del sector agropecuario. Recuperado de: https://www.minagricultura.gov.co/Normatividad/Resoluciones/RESOLUCIÓN%20NO.%20000355%20DE%202021.pdf
BANREP (2021, Octubre). Choques climáticos y sus efectos sobre el sector agrícola en Colombia. Recuperado de: https://www.banrep.gov.co/es/blog/choques-climaticos-y-sus-efectos-sobre-el-sector-agricola-colombia
El PAÍS (2022, Agosto 16). Alarma en el río Colorado por sequía extrema. Recuperado de: https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2022-08-17/alarma-en-el-rio-colorado-por-la-sequia-extrema.html
EuroNews (2022, Agosto 26). Huellas de dinosaurios y piedras del hambre: esto es lo que se está descubriendo en los ríos secos. Recuperado de: https://es.euronews.com/green/2022/08/26/huellas-de-dinosaurios-y-piedras-del-hambre-esto-es-lo-que-se-esta-descubriendo-en-los-rio
Caracol Radio (2022, Agosto 11). Por alerta de ola invernal municipios tendrán mapa de riesgo y plan de reubicación. Recuperado de: https://caracol.com.co/radio/2022/08/11/politica/1660241930_028571.html
Radio Nacional de Colombia (2022, Agosto 26). Gobierno reubicaría a afectados por el invierno en predios sometidos a extinción de dominio. Recuperado de: https://www.radionacional.co/noticias-colombia/afectados-por-el-invierno-iran-predios-de-extincion-de-dominio
EL TIEMPO (2022, Septiembre 9). ¿Por qué Gustavo Petro evalúa decretar emergencia económica en Colombia? Recuperado de: https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/gustavo-petro-plantea-decretar-emergencia-economica-en-el-colombia-701104
EL ESPECTADOR (2022, Septiembre 9). Más de 20.700 inundaciones en 50 años: algo no está haciendo bien Colombia. Recuperado de: https://www.elespectador.com/ambiente/blog-el-rio/mas-de-20700-inundaciones-en-50-anos-algo-no-esta-haciendo-bien-colombia/