No obstante, a diferencia de la literatura económica clásica las personas no buscan maximizar su utilidad teniendo en cuenta sus acciones individuales, sino que lo hacen teniendo en cuenta las acciones de las otras personas. La personas, producto de nuestra experiencia, nos damos cuenta que buscando el bienestar de toda la sociedad, el bien común, podemos obtener un mejor resultado que el individual. En las asociaciones sucede esto. Esta es una historia de cómo unos cacaoteros de la Sierra Nevada lograron sobresalir gracias a la cooperación.
Hasta hace unos pocos años, menos de seis en la mayoría de los casos, un grupo de 130 familias no tenía ni siquiera la tierra para cultivar cacao. Cinco años después, el 2015, este mismo grupo fue merecedor de asistir al Salón de Chocolate de París por haber ganado el premio al mejor cacao del país. El como lo hicieron es otra tema, gracias a Red Cacotera, tuve la fortuna de escuchar la historia de don Alonso Sierra que la vivió en persona propia. Este paisa, que desde hace más de treinta años vive en Santa Marta, es el representante legal de la Asociación Guardabosques de la Sierra Nevada de Santa Marta creada en el 2010 por 130 familias. Todas estas familias son productoras de cacao. Cada una de ellas compró una hectárea y media de tierra con un crédito que les otorgó el Banco Agrario. En la foto que se observa a continuación aparece don Alonso recibiendo el premio Cacao de Oro.
Imagen tomada: http://1.bp.blogspot.com/-QTs7eCShu8c/VgShGf1EasI/AAAAAAAAgFc/kBzoNHemeCY/s640/IA_007649.jpg
¿Por qué es importante la Asociación? Porque la naturaleza del cultivo del cacao requiere la cooperación entre campesinos por los costos decrecientes a escala, es decir, producir un poco más cuesta cada vez menos. Esto sucede por que los costos fijos son tan altos. La producción de cacao no solo requiere el cultivo y recolección del fruto, sino su posterior fermentación y secado. No es rentable construir una planta para procesar el cacao de una sola finca de hectárea y media. Pero sí lo es para las 70 familias que siguen perteneciendo a la Asociación. Es por esa razón que el Ministerio de Justicia en colaboración con las Naciones Unidas donó la planta de procesamiento de cacao para esta Asociación.
En esta planta, se realiza el proceso de fermentación y secado, adicionalmente, se clasifica el cacao y se empaca para su comercialización que también la realiza la Asociación. En el proceso de fermentación se agrupan las semillas de cacao en cajas de madera donde se dejan fermentar por seis días. Cada día se mueven estas semillas para que la fermentación se realice de forma uniforme.
Tras el proceso de fermentación continúa el proceso de secado. Este proceso se realiza en el segundo piso de la planta, el proceso dura entre cinco y seis días.
Posteriormente, se clasifica el cacao. En este proceso se excluyen las piedras y otro tipo de impurezas, también se excluyen semillas de cacao de gran tamaño y semillas de cacao que se encuentran pegadas porque debido a su tamaño, su fermentación no habrá terminado. Esta clasificación se realiza con la imagen que se encuentra a continuación.
Estas familias cultivan toda clase de cacao pasando por híbridos como lo son el ‘Tributario’, a clones como el CCN-51 y también cultivan gustosos cacaos criollos. La mayoría de estas familias cultivan de forma orgánica, motivadas quizás por el premio que se les paga pero como don Alonso me recuerda es más bien porque no tienen para pagar el alto precio de los fertilizantes puesto que si tuvieran los recursos difícilmente sacrificarían la productividad (que puede llegar a ser el doble) por el premio que se les paga. También me aclara que de cacao solo no se vive, todos los campesinos de la Asociación han diversificado sus cultivos. Ellos siembran junto al cacao, plátano y aguacate, estos dos cultivos además de ser una fuente adicional de ingresos le dan al árbol de cacao sombra. También siembran tomate, yuca y la mayoría tiene entre dos o tres vacas que les sirve de fuente de ahorro.
La Asociación presenta otros retos. Por desgracia, el mayor de ellos lo tuvo que enfrentar Don Alonso en persona. Hasta hace poco era un productor de cacao pero el caluroso clima que se ha vivido en los últimos meses acabó con todos sus árboles de cacao. Hoy, él no siembra cacao, en su lugar decidió apostarle por el cultivo de mango que pese a que éste requiere de grandes cantidades de agua es también mucho más resistente a las sequías. Esta misma situación la han tenido que enfrentar muchos campesinos de la Asociación que él representa. Las ventas pasaron de 250 toneladas de cacao en el año 2014 a 60 toneladas en el 2015.
Bibliografía
Imagen Principal muestra el secado del cacao, Tomado de: http://acumen.org/blog/colombia-based-company-will-receive-1-15-million-usd-to-help-raise-the-incomes-of-cacao-farmers-in-conflict-affected-areas/