Dentro del portafolio ofrecido por la caña de azúcar en esta región, encontramos no solo la elaboración de azúcar refinada sino también alimentos procesados, en donde se destacan los dulces y confites, alcohol, sucroquímica y papel. Sin embargo, no hemos discutido sobre uno de los productos más importantes de este cultivo, el cual sin darnos cuenta utilizamos regularmente en nuestras vidas diarias. Dando respuesta a la necesidad planteada por el gobierno nacional algunos de los ingenios más importantes del Valle del Cauca han invertido una cantidad importante de recursos para incursionar en proyectos que involucran la producción de biocombustibles que a largo plazo mejorarían la calidad del aire que respiramos en nuestras principales ciudades. Aunque países como Estados Unidos y Brasil están más adelantados en temas de biocombustibles, en Colombia se ha promulgado la ley 693 de 2001, la cual establece que a partir de Septiembre del año 2005, las ciudades con más 500 mil habitantes, como Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena y Bucaramanga deberán utilizar gasolina en una mezcla del 10% de alcohol carburante.
El alcohol carburante, es un compuesto inflamable que no tiene color y tiene el olor característico de los alcoholes, el cual se produce a partir de cultivos como la yuca, la papa, la remolacha, el sorgo, el maíz y la caña de azúcar, ya que todos estos productos agrícolas contienen carbohidratos que una vez fermentados se transforman en alcohol. Este alcohol, se puede mezclar con la gasolina que utilizamos para tanquear nuestros vehículos, lo cual reduce la expulsión de gases que ocasionan una menor calidad del aire. Además, la producción de alcohol carburante cuenta con un valor estratégico importante para nuestro país, reduciendo su dependencia de fuentes de energía no renovables como la gasolina o derivados del petróleo. Es claro que nuestro gobierno depende considerablemente de la producción de petróleo y de Ecopetrol, empresa que constituye la mayor fuente de riqueza del gobierno nacional. Sin embargo, hay que impulsar estos proyectos agrícolas los cuales son mucho mas sostenibles, un ejemplo claro de ello es que “La producción actual de etanol en Colombia equivale a haber descubierto un pozo de petróleo de 16.000 barriles por día, superior a la producción de varios de los pozos que explora Ecopetrol, con la ventaja adicional de que la caña es renovable mientras que un pozo en Colombia tiene una vida útil que en promedio no supera los 15 años.”
Con la aparición de destilerías en Ingenio del Cauca, Ingenio Providencia, Ingenio Manueilita, Mayaguez y en Riopaila y Castilla, con conocimiento y maquinarias traídos desde la India, estos proyectos se han convertido en parte fundamental del negocio azucarero y aportan distintas ventajas al gremio. Este impacto socioeconómico positivo que generan los biocombustibles, es otro ejemplo claro que da el sector azucarero al campo colombiano, abriendo las puertas para este negocio en nuestro país, el cual cuenta con un potencial interesante para la producción de estos productos. De hecho ya existen varios proyectos para la elaboración de Biodiesel en los llanos orientales a partir del aceite de palma, siguiendo el ejemplo de los azucareros. La fabricación de etanol ha traído consigo aspectos bastante importantes para el sector azucarero, pues representa un soporte fundamental para la sostenibilidad del sector a largo plazo, teniendo en cuenta la volatilidad del precio del azúcar en los mercados internacionales lo cual por consiguiente afecta el precio local.
Aparte de la generación de alcohol carburante los ingenios azucareros han logrado aprovechar los subproductos de la caña de azúcar al máximo. Tal es el caso del bagazo, considerado anteriormente como un desecho de la producción de azúcar refinado, hoy valorado gracias a su alto contenido de celulosa la cual es parte importante para la fabricación de papel. Es así como el 15% del bagazo de los ingenios es utilizado por Propal, organización dedicada a la fabricación de papel en el departamento del Valle del Cauca. El otro 85% es utilizado por los ingenios como combustible para sus actividades productivas, así los ingenios son autosuficientes gracias a la gran cantidad de biomasa que sacan del cultivo de caña de azúcar. Es incluso tan alta la cantidad de energía generada gracias a la obtención de biomasa de los procesos de cosecha y molienda de caña, que los ingenios han logrado aumentar su potencial al punto de arrojar importantes excedentes de energía para ser comercializados en las redes de interconexión eléctrica.
@Jfcabal