Así pues, pequeños, medianos y grandes agricultores han optado por sembrar árboles de caucho lo cual no solo ha contribuido a la ampliación del área sembrada de la región, si no también, al desarrollo del subsector. No obstante, la ampliación del área sembrada y la posibilidad de que siga incrementando, hace que se desaten interrogantes importantes particularmente respecto al ámbito fitosanitario. [1]
Como se ha mencionado en artículos pasados, existen diferentes enfermedades y plagas que pueden presentarse en las plantaciones de caucho que, en caso de no ser tratadas con precaución, pueden generar grandes repercusiones. La mayoría de enfermedades provienen de los hongos y se presentan en las hojas de los árboles durante cualquier etapa del ciclo de vida del árbol. Pueden ocasionar muerte descendente o retraso del crecimiento, en las plantas que están en etapa de vivero y reducción en la producción de látex o muerte, en los arboles adultos (maduros e inmaduros). Las dos enfermedades foliares más limitantes para el cultivo del caucho natural en Colombia son el Mal Suramericano de las Hojas (SALB) ocasionada por el hongo Microcyclus Ulei y, la Antracnosis, causada por el hongo Colletotrichum Sp (Castro Navarro, 2011). Vale la pena rescatar que cualquiera de estas dos enfermedades, puede llegar a ocasionar la defoliación total de los árboles.
Entrando en detalle, el Mal Suramericano de las Hojas, es ocasionado por un hongo ascomiceto denominado Microcyclus Ulei que afecta únicamente al género “Hevea”. El hongo ataca directamente a hojas jóvenes en desarrollo, ocasionando daño y su caída prematura. Lo anterior, disminuye la actividad fotosintética del árbol y por ende, su producción de látex, entre un 20 y 75%. En condiciones ambientales favorables, puede llegar a causar la defoliación total del árbol y su presencia permanente puede llegar a ocasionar la muerte. Las condiciones óptimas para su propagación son: humedad relativa mayor al 95% por 10 horas consecutivas durante un periodo mínimo de 12 noches por mes y temperatura entre 21ºC y 26ºC (Grupo técnico Procaucho, 2012). Para poder ejercer control sobre la enfermedad, se deben establecer los cultivos en “zonas de escape”. Estas son regiones en donde hay un periodo seco por más de 4 meses, humedad relativa menor al 65% y déficit hídrico. De igual forma, periódicamente, se deben realizar fertilizaciones y control de malezas. Una vez se detecta la enfermedad, se deben aplicar fungicidas y con mayor frecuencia en épocas de lluvia.
Por otro lado, la Antracnosis, es ocasionada por una especie de hongo ascomiceto conocida bajo el nombre de Colletotrichum. Dicho hongo, no afecta exclusivamente a los cultivos de caucho, si no también, a los de algodón, frijol, soya y cítricos, entre otros. La enfermedad se expresa con varios síntomas. Inicialmente, aparecen manchas oscuras irregulares en las hojas y, luego, comienzan a necrosarse[2] donde hizo daño el hongo. La antracnosis puede ocasionar la muerte de la yema terminal en plantas jóvenes, dando lugar al necrosamiento descendente del tallo. Al igual que el mal suramericano, la enfermedad es favorecida por ciertas condiciones climáticas. En este caso, humedad relativa mayor o igual al 90% durante 13 días consecutivos. El hongo puede ocasionar también, la caída secundaria de las hojas cuando los arboles están produciendo nuevo follaje luego de su periodo de defoliación natural. Debido a que las hojas nuevas son sistemáticamente destruidas por la enfermedad, los árboles se debilitan, la densidad foliar disminuye sustancialmente con la muerte de las ramas terminales y estos daños se reflejan en pérdidas de la producción de látex (Castro Navarro, 2011). Una vez detectada la enfermedad se deben podar las ramas afectadas y aplicar fungicidas. Así mismo, el control de maleza y un sistema bueno de drenaje, ayudan a prevenir la enfermedad.
En conclusión, la vigilancia y control fitosanitario se ha vuelto un elemento vital para los productores. Debido al cambio climático que hemos estado viviendo durante estos últimos años, se puede decir que se ha intensificado la aparición de enfermedades que atacan a los cultivos. Por esta razón, es necesario contar con herramientas eficaces que permitan identificar problemas fitosanitarios con la misma velocidad que estos se propagan. El Sistema Nacional de Información Epidemiológica y Vigilancia Fitosanitaria de Colombia (SisFito) fue creado por el Instituto Colombiano Agropecuario con el fin de aumentar la cobertura de vigilancia y la captura de información fitosanitaria. De esta manera, representa una ayuda para los productores en cuanto a la facilidad de acceso a la información.
[1] Fitosanitario: De la prevención y curación de las enfermedades de las plantas o relacionado con ello (boletinagrario, s.f.)
[2] Necrosar: Muerte patológica de un conjunto de células en un organismo vivo.
Bibliografía
Castro Navarro, O. M. (2011). Universidad Nacional de Colombia . Recuperado el 13 de Septiembre de 2017, de Caracterización de los patosistemas foliares de importancia económica en caucho en la altillanura estructural plana del Meta: http://www.bdigital.unal.edu.co/4369/1/790715.2011.pdf
Jaimes, Y., & Rojas, J. (2011). Recuperado el 13 de Septiembre de 2017, de Enfermedades foliares del caucho establecido en un campo clonal ubicado en el Magdalena Medio Santandereano: http://conectarural.org/sitio/sites/default/files/documentos/7_Enfermedades.pdf
Grupo técnico Procaucho. (2012). Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Recuperado el 13 de Septiembre de 2017, de Manejo integrado de plagas y enfermedades en el cultivo del caucho: http://conectarural.org/sitio/sites/default/files/documentos/Manejo%20integrado%20de%20plagas%20y%20enfermedades%20en%20el%20cultivo%20de%20caucho.pdf