Según la misma guerrilla: “Se propone la creación de un Fondo de Tierras, conformado por tierras provenientes de latifundios improductivos, ociosos o inadecuadamente explotados, tierras baldías, tierras apropiadas mediante el uso de la violencia y el despojo, y tierras incautadas al narcotráfico”[1].
Ahora bien, algo desconcertante de la propuesta de este grupo insurgente se relaciona con el hecho de que ellos parecen no hacer un “mea culpa” teniendo en cuenta que, como consecuencia del conflicto, su confrontación con las fuerzas del Estado, con grupos paramilitares y, posiblemente, en su afán de acaparar más territorio, a este grupo también se le debería endilgar gran parte de la responsabilidad por el abandono de muchos de miles de hectáreas de aquellas tierras.
“Una de las primeras inquietudes que surge frente al tema es si las Farc consideraron la inclusión en este fondo de tierras de las hectáreas que esta guerrilla se habría apropiado de manera ilegal, y que serían al menos 800.000, según cifras oficiales.”[2]. Independientemente de que el futuro de Colombia en materia de terminación del conflicto está en manos, por un lado, de insensatos insurgentes que basan su confrontación en ideologías anticuadas y, por otro lado, de unos urbanitas que poco o nada conocen del sector rural de nuestro país y hacen parte de las grandes élites de Colombia, le hace falta a la guerrilla de las Farc, honestidad y seriedad con el pueblo colombiano para atribuirse cuántos de esos miles de hectáreas quedaron en sus manos.
Sin embargo, no obstante que este grupo obvió y de paso ignoró rendirle cuentas al pueblo Colombiano respecto de cuánto de ese flagelo es su responsabilidad, se llegó el primer acuerdo en la mesa diálogos, precisamente sobre este punto. Este acuerdo lo denominan “Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral”. Su consistencia radica en: “Con el propósito de democratizar el acceso a la tierra en beneficio de los campesinos sin tierra o con tierra insuficiente, y de las comunidades rurales más afectadas por la miseria, el abandono y el conflicto, se ha acordado la creación de un Fondo de Tierras de distribución gratuita. Este proceso apuntará a regularizar los derechos de propiedad y en consecuencia, desconcentrar y promover una distribución equitativa de la tierra.”[3]
A simple vista, en términos de la retórica que implica el acuerdo, parece ser muy agradable a los ojos de quienes no conocen el conflicto Colombiano a en profundidad. Sin embargo, ¿se preguntaron los negociadores si, a pesar del acuerdo, el conflicto por acumular tierra por parte de grandes hacendados, el conflicto por los baldíos también terminará? ¿O seguirá permanentemente en el tiempo a pesar del fin del conflicto?. Probablemente no se lo preguntaron y de ahí lo seductor del discurso frente a un acuerdo que, posiblemente, no sea tangible en muchos años para los minifundistas de nuestros país.
[1] Período La Nacion Online: http://www.lanacion.cl/las-farc-proponen-crear-fondo-de-tierras-a-repartir-entre-campesinos-y-mujeres/noticias/2013-01-22/135209.html
[2] Períódico El Tiempo.com: http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12540128.html
[3] Primer informe conjunto De la mesa de Conversaciones Entre el gobierno de la República de colombia
[3] Primer informe conjunto De la mesa de Conversaciones Entre el gobierno de la República de colombia
Y las fuerzas armadas Revolucionarias de Colombia-ejército del Pueblo, Farc-ep. Punto Número 4.