Se trata de una frase ‘lapidaria’ y que nos anima a interpretar algunos acontecimientos recientes con esa óptica.
Es la frase con la cual concluye el Informe: “Colombia rural: razones para la esperanza: Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011. Bogotá: PNUD” (p.43). Se trata de una frase ‘lapidaria’ y que nos anima a interpretar algunos acontecimientos recientes con esa óptica.
Por ejemplo, el año que llevamos de crudos inviernos alternados con veranos inclementes atribuidos a fenómenos cuyos nombres infantiles para nada alivian las tragedias y los estragos causados, ya no es noticia. Quienes los sufren directamente son los campesinos, finqueros y empresarios agroindustriales. Luego, ‘más Estado en el mercado’ se refiere no sólo a la atención con provisiones, drogas y hasta alimentos a quienes son los principales productores, pero que en esa circunstancias, lo han perdido todo. Y ‘menos mercado en el Estado’ se refiere a los intermediarios (funcionarios oficiales y privados) que por negligentes no distribuyen oportunamente, o por codiciosos ‘echan mano’ ellos mismos de esas vituallas y prebendas.
Para la muestra un botón. El caso de Gramalote que en Diciembre del 2010 un deslizamiento destruyó el pueblo. Consternado el Presidente y sus allegados prometieron que toda la energía del Estado se aplicaría a su reconstrucción. Incluso que Gramalote se convertiría en el símbolo de voluntad y eficiencia de cómo el Gobierno atendería las tragedias invernales.
Y en verdad, se han hecho estudios y más estudios. Las partidas presupuestales destinadas inicialmente ya no bastan pues se han cuadruplicado a raíz de los hallazgos de los estudios. Y el lugar de reubicación aún no se ha definido pues el ‘escogido’ resultó ser sobre predios mayoritariamente de la familia de un Congresista debutante, Carlos Eduardo León. Junto con su copartidario del Norte de Santander, Juan Manuel Corzo, Presidente del Congreso. Este par de individuos pasaron una Ley creando una estampilla “Pro Desarrollo Construyamos Juntos un Nuevo Gramalote” orientado a buscar el recaudo de 30 mil millones. Gramalote contaba con 6000 personas, la mitad vivían en sus alrededores rurales. Las ayudas y subsidios van en mengua. El desconcierto va en aumento y los ‘desplazados’ van camino a Cucúta, Santiago y Lourdes. Este es un claro ejemplo de ‘bastante mercado en el Estado’. Además, de la real capacidad ejecutiva del Estado y de quienes lo representan.
Gobernantes y funcionarios que prometen y no cumplen, no siempre debe juzgárseles por ‘corrupción’ –el término popular que hoy explica cualquier incumplimiento gubernamental-. No tanto porque esta no se dé, cuanto porque las realidades políticas, sociales y económicas son más complejas de lo que dichos funcionarios suponen. Y, claro, más de lo que los ciudadanos comunes estimamos.
Asentar un pueblo no toma meses, sino decenas de años y hasta siglos. Bien hacen aquellos funcionarios que reconocen su ignorancia e inhabilidad para realizar obras que escapan su mente y manos. Hacen lo que pueden y luego lo anuncian. Esto sería menos mercado (publicitario) en el Estado y más Estado en el mercado.