Viendo el jet set que asiste a plazas como la de Bogotá, Cali, Medellín o Manizales, siempre aparece algún político, empresario, personas del mundo de la televisión etc, que de cierta forma le dan vida a este mito. Sin embargo, a pesar de este concepto, en el país existen más corridas de toros en municipios rurales que en las grandes urbes. Municipios de esencia campesino, donde las personas ahorran sus jornales para poder ir con su esposa e hijos a los toros. Estos municipios, donde sus festejos taurinos coinciden con las fiestas municipales, el arraigo cultural en la población es evidente, pues año tras año se llenan las plazas.
Dentro del territorio nacional, hay departamentos que son más taurinos que otros. Dentro de los que tienen mayor afición taurina están: Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Valle del Cauca, Antioquia, Cauca, Santander y Norte de Santander; que han sido los departamentos donde más festejos se han dado. Pero al mismo tiempo encontramos municipios en el país donde se han celebrado festejos en el municipio de Garzón, ubicado al sur del Huila, en Aguazaul Casanare, inclusive en Puerto Inírida que es capital de la Guainía y lugares como San Vicente del Caguán, que con los resientes acuerdos de paz han vuelto las corridas de toros. En estos departamentos, la gente paga entre 20mil pesos a 35mil pesos, una entrada para poder ir a una corrida, y muchas de estas plazas, que son portátiles, logran llenarse en su totalidad en la mayoría de los casos. Si a esto le añadimos los departamentos y municipios donde se celebran las tradicionales corralejas de la costa atlántica, estamos hablando de un buen número de departamentos, en cuyos municipios rurales, campesinos y humildes existe un arraigo cultural alrededor de fiestas taurinas.
Uno de los municipios más taurinos del país, es Lenguazaque en Cundinamarca. Este municipio en los meses de enero y febrero organiza dos corridas de toros. En la temporada taurina del 2018, ayudamos a la alcaldía de Lenguazaque a organizar la temporada de dicho año. Lenguazaque siendo un municipio con una fuerte tradición cultural por, aprecia los toros con buena presencia, por lo cual se compraron toros de la ganadería de Mondoñedo y Juan Bernardo Caicedo que cumplían con esas condiciones. Se hizo publicidad dentro del pueblo y los municipios vecinos de la región que también son taurinos. En las dos corridas que se realizaron, fui encargado de manejar las ventas en la taquilla. La corrida comienza las 3:30pm, por lo se abre la taquilla al público a las 12 del medio día con la esperanza de ir vendiendo boletas horas antes. Desde las 12 del día hasta las 3 de la tarde se venden mal contadas 200 boletas. Desde las 3 de la tarde hasta las 3:30 el pueblo entero acude a la taquilla a comprar boletas. Aparece los carniceros del pueblo, los carpinteros, los dueños de las panaderías, entre otros, con sus familias enteras a comprar sus boletas. Pero también aparecen los campesinos tanto del pueblo como de las veredas aledañas, con su ruana y sombrero y las mejores botas de vestir, que se acercan a la taquilla a comprar entradas para sus hijos y esposa.
Estas escenas de gente humilde de origen campesino me conmovieron mucho, pues mostraba otra faceta de la fiesta brava. Mostraba la realidad de un buen número de municipios en el país, que disfrutan de las corridas y forman parte de su identidad como pueblo y campesinos. Ver la plaza llena de personas en las que había jóvenes, adultos, abuelos y niños, me hizo pensar por qué la aceptación mayoritaria de los toros en la Colombia rural a diferencia del rechazo a la que existe en muchas ciudades. A lo mejor, la fiesta de los toros tiene un arraigo popular en los pueblos, al igual que lo tienen el coleo, las vaquerías, las peleas de gallos, las corralejas, porque la crudeza de estos espectáculos esta presente en muchas de las vidas de los habitantes de estos municipios. Presentes en tareas de campo como marcar y capar ganado, sacrificar animales, herrar animales, entre otros, que de una forma u otra logran que espectáculos como las corridas de toros tengan algún tipo de relación con su diario vivir.