En esta oportunidad voy a abordar el tema de la crianza de caballos para deporte, siendo Europa y especialmente Alemania, la referencia por antonomasia del deporte ecuestre. Alemania se ha destacado no sólo por mantener una posición dominante en las competencias ecuestres de todas las disciplinas durante muchos años, sino que también cuenta con los mejores y más grandes criaderos de caballos deportivos del mundo. Vale la pena aclarar que en este artículo, por deporte ecuestre me refiero única y exclusivamente a la equitación y a sus distintas modalidades.
Alemania es uno de los países más poderosos del planeta: con 80.89 millones de habitantes y un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de $47.640 dólares, se posiciona como la cuarta economía más rica del mundo (Banco Mundial). Igual de impresionantes son las cifras de la industria ecuestre alemana. De acuerdo con las estadísticas de la Federación Alemana de Equitación (FN), aproximadamente 1.700.000 personas practican actividades ecuestres en ese país. Las investigaciones de la Federación también señalan que otro 1.000.000 de personas muestran un interés por involucrarse en el deporte ecuestre mientras que 11.000.000 de personas manifiestan tener una afinidad hacia los caballos. En correspondencia con estos datos, la población de caballos y ponies en Alemania es cercana a 1.200.000 ejemplares, cantidad que ha crecido 400% en los últimos 40 años. De ese número, más de 100.000 caballos están registrados ante la FN con propósitos de cría y otros 500.000 están registrados para el deporte. La FN agrupa a 7.700 escuelas comerciales de equitación, a 4.000 centros ecuestres y tiene un total de 720.000 miembros afiliados, siendo de esta forma la Federación ecuestre más grande del mundo (Fédération Equestre Nationale, 2014).
Una de las razones de la gran popularidad del deporte ecuestre en Alemania y el indiscutible éxito en competencias internacionales reside en el hecho de que en ninguna otra parte del mundo existe tan alta concentración de caballos de excepcionales condiciones para la práctica de las diferentes modalidades ecuestres. De los 219 caballos que participaron en los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012, 65 caballos, es decir el 30%, fueron de cría alemana. Más específicamente, el 29% de los caballos participantes en la disciplina de salto fueron de origen alemán, el 41% en la disciplina de adiestramiento y el 23% en prueba completa. En estos Juegos, Alemania ganó 5 medallas de oro, 4 de plata y 3 de bronce para un total de 12 medallas de las 45 posibles (29%), demostrando la clara superioridad del caballo alemán en el deporte ecuestre (Fédération Equestre Nationale, 2014).
Fuente: (Fédération Equestre Nationale, 2014)
El sistema de cría ecuestre alemán se concentra, en su gran mayoría, en la cría de caballos de genética alemana y se da en estrecha colaboración con las exigencias del deporte ecuestre competitivo. Alemania maneja una estructura dual de cría: por un lado se encuentran los criaderos Estatales Federales que manejan aproximadamente 700 padrillos y por el otro, se encuentran los criaderos privados que albergan alrededor de 4.000 padrillos (Fédération Equestre Nationale, 2014). Existen 25 diferentes asociaciones oficiales de cría bajo la jurisdicción de la FN. Cada asociación es aprobada por el Estado Federal y trabaja de forma autónoma en el mantenimiento de los libros genealógicos o studbooks (identificando caballos para la cría y emitiendo certificados de nacimiento), en el manejo de programas de cría (selección, pruebas de desempeño, guías para la crianza) y en actividades de mercadeo (ventas, subastas, publicidad y relaciones públicas).
El desarrollo de tan fuerte y exitoso sistema de cría ecuestre se puede entender a través de la historia. Desde la Edad Media hasta los principios del Renacimiento, entre 1400 y 1600, Europa estableció los primeros criaderos manejados por el Estado. Esta iniciativa respondió a la creciente necesidad de los monarcas europeos de ampliar su caballería para la guerra y para los requerimientos de la corte. Hasta ese entonces, la cría de caballos se hacía de forma libre y no regulada, por lo que no había estándares unificados de cría y la calidad de los caballos variaba muchísimo. Los monarcas, conscientes de las ventajas que podría traer una mejora en la cría ecuestre, fundaron criaderos Estatales para darles la posibilidad a los campesinos de usar padrillos mejorados para cubrir sus yeguas a un precio cómodo.
Entre los siglos 17 y 19, Alemania experimentó un auge en el establecimiento de criaderos Estatales Federales a medida que crecía la exigencia de caballos no sólo para el ejército, sino también para el transporte en coches y para los trabajos agrícolas del campo. La cría de ecuestre se convirtió entonces en eje principal de la industria de defensa y del desarrollo económico. Durante la época de apareamiento, los padrillos del Estado eran llevados a estaciones regionales para que los campesinos tuvieran la oportunidad de cruzar sus yeguas con sementales seleccionados por la calidad de sus condiciones físicas. Hasta la Segunda Guerra Mundial se utilizó este modelo, en el cual los campesinos eran dueños de las yeguas y la gran mayoría de padrillos eran de propiedad del Estado.
Fuente: (The Horse Magazine)
En 1960, con la creciente popularidad de la equitación se empezaron a demandar caballos aptos para la práctica de las diferentes disciplinas ecuestres. Fue entonces cuando se comenzó a cruzar caballos de tiro pesado (conocidos como de “sangre fría” por su temperamento tranquilo y dócil como el Percherón, Tiro Belga, Clydesdale, entre otros) con caballos más refinados (conocidos como “sangres calientes” por su agilidad y ligereza tales como el Árabe, el Pura Sangre Inglés o el Pura Sangre Español) dando nacimiento a los warmbloods. Los warmbloods (“sangre tibia”) son ideales para el deporte ya que combinan la tranquilidad en el comportamiento de los “sangre fría” junto con la ligereza en el movimiento de los “sangre caliente”. De estos cruces nacieron las razas alemanas para el deporte, cuyo nombre indica la región en dónde se originaron: Hannoveriano, Westfaliano, Oldenburgo, entre otros.
El rápido desarrollo del deporte ecuestre competitivo en 1970 estimuló el crecimiento de actividades de cría privadas y erradicó la necesidad de apoyo estatal. Los centros de cría privados comenzaron a ser dueños de padrillos que cruzaron con sus propias yeguas. Sin embargo, de forma simultánea, los criaderos Estatales Federales continuaron funcionando, aunque a menor escala. Actualmente, de los cerca de 4.000 padrillos de razas warmblood en Alemania, aproximadamente 3.000 son de propiedad privada (Fédération Equestre Nationale, 2014). Esto hace que Alemania sea el único país europeo en donde coexisten criaderos ecuestres Estatales junto con criaderos privados fuertes y consolidados.
Fuente: (Fédération Equestre Nationale, 2014)
En conclusión, el éxito de Alemania en la equitación se sustenta en un complejo sistema de cría ecuestre que garantiza la producción de caballos de la más alta calidad para el deporte. Es un sistema que por siglos ha venido seleccionando los mejores ejemplares, con la mejor genética y cuyos resultados se evidencian en las competencias ecuestres internacionales. Cualquier caballo, sea éste de criadero privado o estatal, debe cumplir con estrictos procesos de selección establecidos por las asociaciones de cada raza para ser aprobado como caballo de cría o de deporte. Esto garantiza el mantenimiento de altos estándares de calidad y el cumplimiento de los lineamientos específicos de cada raza. En el siguiente artículo documentaremos con más detalle los procesos de selección y aprobación de caballos de deporte y analizaremos el caso del criadero del alemán Paul Schockemöhle, el más grande del mundo.
@aperdomo91
Bibliografía
Banco Mundial. (s.f.). Alemania. Recuperado el 03 de Octubre de 2015, de http://datos.bancomundial.org/pais/alemania#cp_wdi
Fédération Equestre Nationale. (2014). Equestrian sports and breeding in Germany. Recuperado el 03 de Octubre de 2015, de http://www.euroequestrian.eu/wp-content/uploads/2014/06/Horse_Sports_and_Breeding.pdf
The Horse Magazine. (s.f.). The Oldenburger. Recuperado el 03 de Octubre de 2015, de http://www.horsemagazine.com/thm/2014/12/the-oldenburger/