Para comenzar, es importante remarcar que el termino de cerca viva hace referencia a la práctica tradicional relacionada a la formación natural y/o guiada por el hombre del uso de árboles o arbustos con el fin de dividir potreros o delimitar fincas. Ahora bien, la expansión de la producción agrícola y ganadera y las malas prácticas que han persistido tradicionalmente, han sido un factor determinante para la generación de escenarios medioambientales negativos. Esta presión derivada del crecimiento exponencial de la población mundial y la necesidad de aumentar la frontera agrícola y la producción de alimentos, ha traído externalidades negativas vinculadas al uso excesivo de agroquímicos, la erosión de los suelos y el deterioro de las fuentes de agua. Frente a este panorama, los sistemas silvopastoriles han surgido como un modelo esencial de gestión de los sistemas productivos con el doble propósito de mejorar la productividad al tiempo que se conservan los recursos naturales.
Las cercas vivas representan una serie de beneficios a nivel de sistema productivo y generación de servicios medioambientales en una finca. En primera instancia, en términos de rendimiento financiero, las cercas vivas presentan un menor costo de establecimiento y mantenimiento y representan un ahorro para el productor por su larga vida útil. Asimismo, las cercas vivas tienen un aporte invaluable respecto a la productividad bovina pues, primero, generan un microclima ideal para el ganado que se transforma en refugio durante lluvias o momentos de alta temperatura y, además, existen especies que tienen la capacidad de producir forraje de alta calidad y presentarse como una alternativa alimenticia para los animales (Casasola, 2018).
Tomado de: https://secretosparacontar.org/es/nuestra-bibliotecas/buscar-por-tema/cercas-vivas
Del mismo modo, a nivel ambiental la implementación de cercas vivas trae beneficios en términos de protección y mejoramiento del suelo debido a que sedimentan la tierra y conservan el agua y esto ayuda a mantener la humedad en el suelo. Además, mejoran su estructura e incrementan su fertilidad al aportar materia orgánica y nitrógeno por parte de las especies leguminosas (Ganadero, 2019). Por otra parte, la vegetación de las cercas vivas: atraen aves e insectos que contribuyen al control biológico natural de las garrapatas, por lo que al reducir esta población se aporta al bienestar animal, mejoran la calidad del aire como resultado al secuestro de carbono y aportan a la conservación de la biodiversidad (Agrovet, 2018).
Ahora bien, ¿cómo podemos iniciar esta transición necesaria hacia una mayor implementación por parte de productores en sistemas de ganadería?. Es tradicionalmente conocido que en la mayoría de fincas ganaderas, las pasturas son manejadas de forma extensiva con una carencia en la división por potreros. Esto, origina una profunda degradación de las pasturas como respuesta a los largos periodos de ocupación y los cortos periodos de descanso. En este sentido, las cercas vivas deben instaurarse en la mente del productor como una estrategia de bajo costo fundamental para la construcción de un sistema de pastoreo rotacional que potencie las funciones económicas y ecológicas de la finca.
Tomado de: https://twitter.com/ganaderiaverde/status/826426692197552132
Con este fin, una propuesta interesante consistiría en promover el pago de servicios ambientales[1] y programas de formación técnica para el establecimiento y mantenimiento de las cercas vivas. Esto es, buscar que organizaciones agropecuarias promuevan programas que premien los servicios ambientales de productores y que estos incentivos jueguen un rol importante en la adopción de sistemas silvopastoriles que mejoren la productividad en las fincas y la conservación de los recursos naturales en los paisajes. Quizás, un modelo de negocio interesante consistiría en programar visitas por parte de estos entes en donde pequeños y medianos productores presenten su plan de implementación y reciban tanto asesoría como la posibilidad de financiación. Claramente, el nivel de apalancamiento y posibles beneficios adicionales deberá estar vinculado a los resultados obtenidos en los predios.
En definitiva, podemos concluir que la implementación de cercas vivas se presenta como una práctica muy interesante hacia la transición de una ganadería con mejores prácticas ambientales que, a su vez, promuevan la productividad animal. Existe un reto importante vinculado a la necesidad de informar a los productores sobre sus beneficios y generar incentivos, como los mencionados pagos de servicios ambientales o pagos por buenas prácticas que sean destinados a inversiones que continúen con el mejoramiento, que premien la formación e implementación de las cercas vivas en predios.
Referencias
Ganadero, C. (2019). Cercas vivas aportan múltiples beneficios a la ganadería . Obtenido de https://www.contextoganadero.com/ganaderia-sostenible/cercas-vivas-aportan-multiples-beneficios-la-ganaderia
Agrovet. (2018). Las Cercas Vivas como Aporte a la Ganadería Bovina . Obtenido de Las Cercas Vivas como Aporte a la Ganadería Bovina : https://www.agrovetmarket.com/noticias-salud-animal/detalle/las-cercas-vivas-como-aporte-a-la-ganaderia-bovina#:~:text=Los%20arboles%20proporcionan%20sombra%20y,horas%20m%C3%A1s%20caliente%20del%20d%C3%ADa.
Casasola, C. V. (2018). Valor económico y ecológico de las cercas vivas en fincas y paisajes ganaderos. Obtenido de http://ganaderiacolombianasostenible.co/web/wp-content/uploads/2015/05/Cercas-Vivas-Imprenta.pdf
[1] Pago por servicios ambientales (PSA): es el incentivo económico, en dinero o especie, que reconoce las acciones y las prácticas asociadas a la preservación y restauración de ecosistemas, que permiten minimizar conflictos en el uso del suelo y así favorecer el mantenimiento y la generación de servicios ambientales (MinAmbiente)