Para saber la verdad debemos mirar las regulaciones del sector y la viabilidad económica de esta supuesta estrategia para lograr optimizar la productividad de carne de canal.
Entrando en el tema del crecimiento del pollo podemos mirar primero, que es lo que lo hace crecer y el costo critico del alza del mismo. Como lo hemos expuesto en artículos anteriores, las piezas claves de esto son la temperatura, las vacunas y la comida. Debido a que la temperatura no es algo que los pollos ingieran, es un tema que podemos dejar de lado, lo cual nos deja el alimento y las vacunas como las fuentes más probables de la ingestión de hormonas. Sin embargo ya sabemos que el alimento es un concentrado de maíz y soya que la mayoría de las veces es importado debido al costo del mismo. Este alimento no es mas que la materia prima procesada, la cual de por si ya es muy cara y por tal motivo este insumo es el mayor costo de producir la carne. Por otra parte, descartando esta posibilidad podemos re dirigir el mito a que las hormonas son inyectadas a los pollos por medio de vacunas. Estas vacunas, como lo hemos mencionado también anteriormente en otros artículos son estandarizadas y previenen la gran mayoría de enfermedades a las cuales están sujetos los animales.
¿Es posible que no solo se prevengan enfermedades, sino también se les inyecten hormonas a los pollos?. Las vacunas para prevenir las enfermedades, al igual que en los humanos no pueden ser alteradas. Lo cual nos puede hacer pensar que alguna de estas vacunas sea solo de una carga hormonal. ¿Cual es la viabilidad de esto?. La hormona de crecimiento del pollo es específica, producida por el propio animal y no tiene ningún efecto sobre el ser humano, ni sobre ninguna otra especie.
Las otras hormonas de las que tanto los profesionales como la gente sospecha son administradas, se denominan estrógenos o pueden ser cualquier hormona que logre afectar el desarrollo normal del cuerpo. (Centro Empresas Procesadoras Avícolas, 2013)
Hasta este momento, esta teoría pude llegar a ser viable, sin embargo al preguntarle a un avicultor colombiano como Guillermo Gonzales, manifiesta que no solo el alimento es muy caro para competir con los cuartos de pollo que llegan del exterior, sino que además el darles hormonas de crecimiento incrementaría aun más el valor del pollo y no seria viable, pues el precio al salir a las plantas de beneficios seria muy alto. “Lo que compensa es la raza del pollo de engorde”. Los avicultores ya compran un pollo cuya genética produce la suficiente carne en 42 días aproximadamente. Además, las aves viven prácticamente al tope de su límite metabólico; incluso, en ocasiones es recomendable recurrir a la restricción alimentaria para reducir su velocidad de crecimiento. Esto indica que para que la hormona sea asimilada debe ser inyectada, lo cual es una labor muy dispendiosa, “imagínese usted inyectar mil aves, son más trabajadores identificando cada pollo y haciéndolo uno por uno”, lo que indica que estos trabajadores tienen más horas de trabajo y cuestan más, esto diciendo que son mil aves y que se les inyecta una vez” (Gonzalez, 2016). Lo cual nos hace concluir que para el avicultor colombiano esto no es negocio.
Así mismo, a pesar de la poca viabilidad ya mencionada debido a los altos costos. De ser usadas las hormonas de crecimiento que existen en el mercado hoy en día, las cuales también traen anabólicos y esteroides, el efecto de estas no se vería reflejado a menos de que las aves hicieran ejercicio. Un ave de galpón normalmente esta distribuida de tal forma que por metro cuadrado caben 80 pollitos, lo que indica que el ave apenas tiene espacio para moverse en el cual: se alimenta, toma agua y cumple con sus necesidades básicas de excreción (las cuales también son un punto critico para los galpones, en los artículos anteriores hemos mostrado el manejo que se le da a las eses y la asepsia de estos lugares para que el pollo pueda desarrollarles sanamente ).
En conclusión, suministrar hormonas a los pollos no es viable ni desde la parte económica ni biológica y en dado caso que se les suministraran, no tendría efecto en las personas que lo consumen.
Bibliografía
Centro Empresas Procesadoras Avícolas. (2013). COMO SE CREÓ EL MITO DE LAS HORMONAS EN LA ALIMENTACIÓN DE LOS POLLOS. Obtenido de Avicultura Argentina: http://www.aviculturaargentina.com.ar/mitos/hormonas.htm
Gonzalez, G. (2 de Marzo de 2016). Proceso de produccion del pollo de engorde. (M. Velandia, Entrevistador)