Foto tomada de Pngtree, 2023.
Autor: Luisa Fernanda Obregón.
Dentro del paisaje agrícola de Colombia, la naranja se destaca no solo por su abundancia, sino también por su versatilidad y potencial para impulsar el desarrollo económico rural. Aunque el país tiene condiciones climáticas ideales y una larga tradición en el cultivo de esta fruta, la industria naranja colombiana no alcanzó su máximo rendimiento. Es así como se analizará la situación actual del cultivo de la naranja en Colombia, identificando los factores que han limitado su desarrollo y explorando estrategias para maximizar el aprovechamiento de este valioso recurso agrícola, con una perspectiva a un futuro más competitivo y sostenible.
Las naranjas han crecido en Colombia desde tiempos prehispánicos, cuando los pueblos indígenas cultivaban y consumían esta fruta. Con la llegada de los españoles, el cultivo de la naranja se expandió por todo el territorio, convirtiéndose en una parte integral de la identidad y la gastronomía nacional. Hoy en día, Colombia es uno de los principales productores de naranja en América Latina, con una producción anual que supera las 400 mil toneladas (Treid, 2023). Las regiones más destacadas en la producción de naranja son Santander, Tolima, Cundinamarca y Antioquia, donde las condiciones climáticas y de suelo son ideales para el cultivo.
Entre las variedades cultivadas, se destacan el tangelo, mangelo y narangelo. El tangelo es un híbrido entre mandarina y pomelo, conocido por su sabor dulce y ligeramente ácido, el mangelo, combina características de la mandarina y el pomelo con una menor acidez; mientras que el narangelo, ofrece una mezcla distintiva de naranja y pomelo, con un sabor dulce y ligeramente amargo.
La distribución geográfica del cultivo de naranjas en Colombia es diversa y varía según las zonas productoras, como se muestra en la gráfica 1. En la zona occidente se concentra el 29% del área sembrada y es reconocida por su producción de naranja, mandarina y limón. En la zona centro, estos departamentos contribuyen con un 18% del área nacional, destacándose también en la producción de lima Tahití. En los departamentos del Atlántico, Cesar y Magdalena se cubre un 8% del área sembrada con un rendimiento de 13 toneladas por hectárea. Como se observa, cada una de estas zonas ofrece condiciones climáticas y de suelo óptimas para el cultivo de cítricos, lo que refuerza la vista al gran potencial del país para diversificar y ampliar su oferta en el mercado tanto nacional como internacional.
Gráfica 1: (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2019).
Como se puede observar, el occidente de Colombia es la zona la cual tiene doble de rendimiento en la producción de naranja en comparación con otras regiones del país. Este mayor rendimiento se debe a las condiciones climáticas óptimas como temperaturas moderadas y precipitaciones bien distribuidas, suelos fértiles de origen volcánico con excelente capacidad de drenaje, y un mayor grado de tecnificación en las prácticas agrícolas. En este mismo hilo, la infraestructura desarrollada y el acceso a servicios de apoyo agrícola, como asistencia técnica y centros de investigación, han permitido a los productores de esta zona adoptar tecnologías avanzadas, mejorando significativamente la eficiencia y productividad de sus cultivos.
A pesar de esta abundante producción, “la promesa de la naranja colombiana” no ha sido aprovechada al máximo. Un ejemplo claro de esto es el enfoque limitado en la producción de jugo concentrado para la exportación, como señala un artículo del Diario La Economía. Esto ha dejado de lado el desarrollo de otros productos y subproductos derivados de la naranja, como la producción de aceite esencial, la elaboración de conservas y mermeladas, o la fabricación de cosméticos y productos de higiene.
Esta falta de diversificación en el uso de la naranja refleja un problema más amplio en el sector agrícola colombiano el cual consiste en la falta de tecnificación e infraestructura adecuada. Las plantas de procesamiento y las cadenas de frío son esenciales para mantener la calidad de la fruta y permitir que los productores lleguen a mercados más amplios, obteniendo mejores precios. No obstante, muchos productores colombianos carecen de acceso a estas herramientas, lo que limita sus posibilidades de crecimiento y competitividad.
Otro desafío crítico es la baja productividad y el uso ineficiente de los recursos, pues muchos productores de naranja en Colombia utilizan técnicas de cultivo tradicionales y tienen dificultades para adoptar nuevas tecnologías y prácticas agrícolas más eficientes. Este enfoque conservador se traduce en rendimientos por hectárea por debajo del potencial, lo que a su vez limita la competitividad del sector.
El artículo de Red Agrícola destaca los esfuerzos de Citricaldas, una empresa colombiana que ha identificado la tecnificación como clave para superar estos desafíos. La empresa ha implementado sistemas avanzados de riego y fertilización, así como tecnologías de monitoreo que permiten optimizar el uso de recursos y mejorar los rendimientos. Estos avances no solo han aumentado la productividad, sino que también han mejorado la calidad de la fruta, abriendo nuevas oportunidades de exportación a mercados más exigentes.
Foto tomada de Hidroponia, 2017.
A pesar de estos avances, la falta de infraestructura como déficit de carreteras adecuadas, sistemas de transporte eficientes y acceso a financiamiento limitan la capacidad de los pequeños y medianos productores para competir en el mercado global. Por otro lado, la ausencia de políticas públicas que promuevan la innovación y la adopción de tecnologías modernas ha frenado el desarrollo del sector.
Para que Colombia pueda aprovechar plenamente el potencial de su industria naranja, es fundamental adoptar un enfoque más integral y sostenible. Esto implica no solo mejorar la tecnificación y la infraestructura, sino también diversificar los productos derivados de la naranja. Se debe tener en cuenta que existe un gran potencial en el desarrollo de bioproductos, como fertilizantes y biopesticidas, que pueden obtenerse a partir de los residuos de la fruta.
Aunado a esto, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles es esencial para garantizar la viabilidad a largo plazo del sector. Esto incluye la adopción de métodos de cultivo que minimicen el impacto ambiental, como la agricultura de conservación y la agroforestería, que pueden ayudar a proteger la biodiversidad y mejorar la resiliencia de los ecosistemas locales.
Para minimizar los riesgos asociados con la producción de naranja en Colombia, es esencial implementar una serie de estrategias enfocadas en mejorar la resiliencia y la competitividad del sector. Una de las acciones más importantes es el uso de sistemas de riego eficientes y técnicas de manejo integrado de plagas, que no solo mejoran los rendimientos, sino que también reducen los costos operativos y el impacto ambiental. De igual modo, la diversificación de cultivos y la implementación de prácticas agrícolas sostenibles también juegan un papel clave, permitiendo a los productores reducir su dependencia de una sola fuente de ingresos y enfrentar mejor las fluctuaciones del mercado y las condiciones climáticas adversas.
Es así como la industria de la naranja en Colombia enfrenta desafíos significativos, pero también cuenta con un potencial enorme. Mediante la tecnificación, la diversificación de productos y la adopción de prácticas sostenibles, es posible transformar este sector en un motor de desarrollo económico y social para el país. Para que esto ocurra, es crucial que el gobierno, el sector privado y los agricultores trabajen juntos en la creación de un entorno favorable para la innovación y el crecimiento. Solo así, Colombia podrá aprovechar plenamente su riqueza natural y consolidarse como un líder en la producción y exportación de cítricos a nivel global.
Referencias Bibliográficas:
Treid, I. (2023, 31 agosto). Exportaciones de naranjas en Colombia incrementaron 1,47%, en los primeros 5 meses de 2023. Treid. https://www.treid.co/post/exportaciones-de-naranjas-en-colombia-incrementaron-1-47-en-los-primeros-5-meses-de-2023
Torres, G. E. N. (s. f.). Naranja en Colombia, un cultivo al que se le saca poco jugo. https://diariolaeconomia.com/notas-de-la-finca/item/5576-naranja-en-colombia-un-cultivo-al-que-se-le-saca-poco-jugo.html
Garzón, D. (2024, 11 junio). Crisis mundial en producción de naranjas: Colombia está en alerta, pero compañías nacionales aprovecharían la situación. Infobae. https://www.infobae.com/colombia/2024/06/11/crisis-mundial-en-produccion-de-naranjas-colombia-esta-en-alerta-pero-companias-nacionales-aprovecharian-la-situacion/#:~:text=De%20modo%2C%20el%20principal%20causante,provocando%20un%20sabor%20bastante%20amargo
Red Agrícola. (2023, agosto 21). Citricaldas y el reto de tecnificar la producción para ser más competitivos. Red Agrícola. https://redagricola.com/citricaldas-y-el-reto-de-tecnificar-la-produccion-para-ser-mas-competitivos/
FONTAGRO. (2019). Producción y comercio de cítricos en América Latina y el Caribe: Un análisis de la situación actual y las perspectivas futuras [Informe]. FONTAGRO. https://www.fontagro.org/new/uploads/productos/16111_-_Producto_3.pdf