Creo que es de aterrador pero a la vez muestra la conexión que tenemos los seres humanos en la naturaleza y la responsabilidad que tenemos. Cazar es una forma de conectarse con la naturaleza, tanto por ir a buscar la presa como por caminar entre los matorrales y cortándose con ramas de los árboles. Acá voy a comentar cómo es un viaje de cacería. Antes hay que aclarar que en Francia hay dos tipos de caza. La caza menor la cual es para las especies pequeñas como los zorros y los venados y la grande que es para los alces, osos y demás. Yo sólo fui a caza menor pero igual es muy gratificante.
Todo empieza temprano ya que la caza es un ritual. Incluso la primera vez que alguien caza se considera una ocasión especial. Para cazar hay que pasar un examen que incluye preguntas tan fundamentales como ¿Cuántos faisanes nacen en Francia al año? Además de hacer un examen de tiro el cual es bastante exigente, es caro y cuesta unos 400 euros por un permiso para cazar. Para empezar, se preparan las escopetas el día anterior y los perros. Estos perros sólo recogen la presa, no la cazan y son bastante inteligentes. En mi caso, el perro que se llamaba Gueune sabía que era día de cacería y estaba muy emocionado. Lo que se hace es recorrer los lotes alrededor de las fincas donde hay madrigueras y árboles donde hay pájaros.
Las presas son las siguientes: conejos, liebres, palomas, faisanes, perdices, zorros, venados, patos y algunos patos de pantano. Hay días según mi amigo Jacques que la très belle chasse ha sido de más de 30 animales, y hay otros donde no se caza nada. En mi caso no me tocó una belle chasse pero tampoco salí blanqueado. Las dos veces que fui lo más abundante eran los faisanes y las liebres. Estas a la vez son las que más se salvan por su velocidad y porque tienen una temporada muy corta de caería.
Un faisán recién cazado. El paté de faisán es delicioso.
A mi opinión es como jugar Pokemon Go. Si usted deja pasar los pokemones, no va a atraparlos, pero si anda con su escopeta lista, esperando la presa y muy alerta, va a cazar bastante. Recuerdo que uno de esos paseos de cacería, uno de mis amigos nunca tuvo su escopeta lista y dejó escapar dos venados, una paloma y una liebre. En parte porque era primerizo y no tenía la experiencia. Por otro lado, otro de mis paseos fue con un general que recuerdo que en medio de la niebla le disparó a una liebre a 100 metros de distancia en una colina. Hay que estar alerta y no tener miedo al disparar. Además hay que tomarse su tiempo para apuntar.
Una perdiz recién cazada. Su plumaje es bastante bonito
Mi recomendación para cazar es la siguiente: Hay que tener la voluntad. Los cazadores tienen estrategias como flanquear a la presa y rodearla. Si no le gusta caminar, no es para usted. Por otro lado, hay que ser hombrecito y tener nervios de acero. El faisán y la perdiz de la foto fueron luego desollados, la carne curada y nos los comimos. Con la piel, se hacen trofeos o vestidos. Los vestuarios franceses de cabaret tenían plumas de perdiz y de faisán. Además, hay que tener los nervios de disparar y luego hacer la parte fea la cual es sentir al animal enfriarse para posteriormente quitarla la piel. El olor no es rico pero es parte de cazar. Así mismo los perros son una parte esencial porque recogen la presa. Recuerdo una vez Gueune se robó una pata de venado que estábamos curando y se comió como seis kilos de carne de venado. Nadie dijo nada ya que es parte de su recompensa y sin él sería difícil encontrar las presas ya que quedan muy escondidas en los matorrales.
Es bueno saber: ¿Por qué un tipo muy hábil se le dice perro?
A un tipo muy hábil con las mujeres se le denomina perro y a uno poco hábil se le denomina un marrano. Esto se debe a que en el billar, un jugador muy hábil es llamado un perro, mientras un novato es un marrano. Por eso la próxima vez que le digan “se lo marranearon” o “usted es mucho perro” sabrá que le falta experiencia o que le sobra.