Esta exposición en Medellín a diferencia de la de Chicago; trata muchos más temas en los que se preocupa por la trazabilidad de los alimentos y en pocas palabras va desde la semilla hasta el significado de los alimentos en diferentes culturas, su relación con las técnicas culinarias y el «Acto del Comer». Por su parte, la exposición americana trata temas de producción y distribución de diferentes alimentos y en algunos casos de los demás productos no alimenticios que se pueden producir a partir de ellos. Este artículo se propone dar a conocer parte del contenido de la exposición de Explora e incitarlos a ir al museo.
La experiencia de la visita a la exposición comienza al entrar a un angosto corredor poco iluminado en donde la luz se concentra en textos e imágenes que narran mitos cosmogónicos de culturas indígenas latinoamericanas. El factor común de estos mitos es el alimento que fue entregado por los dioses a los diferentes pueblos, ya sea los granos sagrados de la quinua en los territorios andinos (etnia Aymara) o la carne del caimán que además de ser un alimento es animal totémico (etnia Zenú) en los actuales Departamentos de Córdoba y Sucre. El corredor abre la mente del visitante al comenzar el recorrido tratando el tema desde una arista de religiosidad y creencias; centrando desde un principio la importancia de la comida y la alimentación en cada cultura, elemento que reaparecerá al final de la exposición con una impactante colección fotográfica que retrata los alimentos ingeridos por una familia “típica” en diferentes países del mundo. La compilación de fotos es impactante, porque le permite a los espectadores comparar de manera inmediata las prácticas alimenticias aproximadas de cada país. Es así como en un plano se observa la cantidad de comida chatarra consumida en Estados Unidos, la abundancia de carne en Australia y de pescado en Japón; mientras que en otro país asiático como es Bután, la proteína animal es casi nula. Llama la atención las fotos que representan a Chad y a Malí en donde prácticamente los únicos alimentos que se observan son granos. Asombra la fotografía de la familia mexicana, que si bien esperábamos que tomase mucha Coca-Cola, al constatar las 12 botellas de 2 litros que consume semanalmente esta familia de 2 adultos y 3 niños; cuando se observan imágenes de este tipo deja de sorprender las cifras de obesidad presentes en Estados Unidos y México.
Entre el principio y el fin de la exposición, entre esas dos muestras de lo que representa la gastronomía y la íntima relación que establece el hombre con sus alimentos sin importar su cultura, la exposición se concentra en enseñarle a sus visitantes todos los procesos necesarios para transformar una planta comestible o un animal a un plato y de paso una que otra lección en responsabilidad ambiental. Es por esto que al terminar el corredor de entrada mencionado más previeamente y entrar a la sala de exhibición se ve en primera instancia;en medio de la sala, una pequeña huerta urbana.En esta huerta crecen orégano, tomillo, caña agria, perejil, incienso, ají, quereme, mano de dios, entre otras; su función es la de recordarle a los visitantes de una manera demostrativa de donde vienen los alimentos que consumimos a diario, a la vez que invitarlos a sembrar ellos mismos en sus casas. Al lado de la mini huerta urbana se encuentra una pared de un ingenioso diseño con el que los visitantes interactúan para encontrar el origen de algunos alimentos, vegetales y animales. Al frente hay una cocina que fuera de ser estéticamente atractiva y ser catalogada en la exhibición como el centro de una nueva alquimia, está diseñada para que en ella se desarrollen talleres y los visitantes aprendan varias recetas y técnicas.
En este momento ya se evidencia que la exhibición no contempla un guion sólo expositivo en el que el individuo reciba información, sino que pretende que el individuo aprenda mediante la interacción,parte del discurso sale a flote en la medida que las personas decidan indagar y explorar la exhibición. Por esto es común encontrar en la exhibición juegos como en el que el individuo es puesto en una situación hipotética en la que se ha extraviado en la selva y debe elegir que plantas son comestibles y cuáles no, juego que resalta la biodiversidad alimentaria propia de nuestro territorio;otros juegos son el de ayudar a los insectos y animales polinizadores a llegar a las flores o en el que el individuo debe elegir entre varias opciones como conformaría el plato típico de varios países, la característica de estos juegos es el uso de TICs. Entre los juegos la exhibición presenta una muestra de variedades de papas, maíz y frijol que a los ojos de los visitantes resulta llamativa y sigue el eje de la biodiversidad. A su lado hay una vitrina de envueltos, que en este caso no sólo resalta la biodiversidad,sino las diferentes expresiones de la diversidad cultural plasmadas sobre los alimentos. Desde este punto hasta la galería fotográfica la exhibición se dirige hacia una línea de conciencia ambiental y de la salud. Le recuerda a los visitantes las calorías, proteínas y grasas que debe consumir en un día; les presenta las diferencias entre los alimentos que la exhibición Comer llama de la tierra, orgánicos, de laboratorio y mejorados genéticamente. En el tema ambiental hay dos módulos que llaman la atención de todos los visitantes que pasan. El primero es una montaña de tazas de café, exactamente de 730 tazas, el promedio de tazas consumidas por los colombianos en un año,el segundo es una mesa interactiva que señala cuantos litros de agua fueron necesarios para la producción de un alimento, por ejemplo para 150 Gr de carne de res se gastaron1. 600 litros de agua, para una lechuga solo 70 litros,esta medida recibe el nombre de agua virtual.
Es importante conocer estas iniciativas de los museos porque en sus discursos se aprecia por un lado las temáticas que a juicio del museo causan inquietud a sus visitantes y por otro, por evidenciar la forma como la dirección del museo afronta el reto de dar a conocer su visión sobre esos temas. Para la industria de alimentos y la agricultura es de gran valor estar presente en las exposiciones de los museos pues en medio de ellos, cuestiones como las de la seguridad y soberanía alimentaria cobran mayor relevancia ante los ojos de los visitantes y el público en general.
@farrazola
Referencias:
- Fotos, información y datos no citados corresponden a textos de la exhibición Temporal del Parque Explora de Medellín, Comer. Tomadas por el autor en Junio 2015.