El desplazamiento, el abandono y despojo de tierras, los conflictos entre la minería, la agricultura y el medioambiente son algunas de las caras de estas tensiones, las cuales tienen dimensiones tanto ilegales como legales. El caso de la empresa española Poligrow, dedicada al cultivo de palma de aceite en el Meta, nos sirve como ejemplo para estudiar la complejidad de estas situaciones y sentar posición sobre la manera en que como país deseemos que estos conflictos se solucionen.
Analizar el caso de Poligrow es enriquecedor porque es un caso en el que se entretejen muchas dimensiones: la legalidad y la ilegalidad, la agricultura industrial y la tradicional, las secuelas de un periodo de violencia y las iniciativas de responsabilidad social de una empresa, el pequeño productor local y el capital extranjero, entre otras.
Poligrow llegó al país en 2009, adquiriendo tierras para un proyecto agroindustrial en la producción de la palma de aceite. Para el 2011 la compañía había adquirido 5600 hectáreas en el municipio de Mapiripán, año en el que comenzó su siembra (Verdad Abierta, 2013). Sí, en ese municipio del Meta tristemente recordado por la masacre que lleva su nombre perpetrada por los paramilitares en 1997 (PNUD, 2011). Mapiripán no sólo sufrió la violencia de los paramilitares, la guerrilla también dejó su cuota, lo que tuvo como resultado el fenómeno del desplazamiento. Las tierras despojadas y abandonadas eran propiedad de colonos que habían logrado los títulos a partir de baldíos. La Ley 160 de 1994, entregó otros terrenos baldíos y reguló el comercio de baldíos. Acorde a esta, los títulos entregados a partir de baldíos del estado si bien son enajenables, sólo pueden ser adquiridos por otros campesinos y en ningún caso una persona natural o jurídica puede acumular más de una UAF (Unidad Agrícola Familiar) de tierras que fueron baldíos (Moir, 2013). De lo anterior se desprende que las tierras que adquirió Poligrow en Mapiripán eran de estos ex-baldíos, si pertenecían a desplazados o no, y si en algún momento fueron adquiridos ilegalmente, aún no se sabe. La compañía argumenta la legalidad de su adquisición en que los terrenos que adquirieron habían sido adjudicados por el estado antes de 1994 y que estos habían sido a su vez vendidos a otros terceros (que ya tenían más de una AUF) y a ellos fueron a quién Poligrow les compró los terrenos.
Si los terrenos fueron adquiridos ilegalmente, el estado debería, al seguir estrictamente la ley, restablecerle la propiedad a sus legítimos dueños y pedirle a Poligrow que abandone los predios. De otro lado, si el mayor problema legal es por la acumulación de AUF se debe buscar un mecanismo para que Poligrow divida sus hectáreas de palma, ojala entre productores locales que quieran seguir con el proyecto. Sin embargo, en el problema de que hacer con Poligrow debe considerarse, incluso con mayor detalle que la dimensión de la legalidad, los impactos sociales, económicos y ambientales que ha tenido el quehacer de la empresa en el pueblo. Poligrow da empleo a 500 personas, y es casi la única fuente de empleo formal en la región. “Tenemos que admitir que si se fueran (Poligrow) dejan a mucha gente sin trabajo. Aquí, además de la coca no se tiene nada para vivir”, comentó un habitante del pueblo a un medio noticioso (Verdad Abierta, 2013). Poligrow instaló una planta eléctrica que funciona con diesel para sus actividades industriales, con esa planta también suple las demandas de electricidad del pueblo las 24 horas, algo que ningún gobierno logró hacer. Respecto a la expansión de la producción, Poligrow tiene planes de producir en Mapiripán 15 mil hectáreas. En parte debido a las restricciones de compra de tierras, la empresa se propone lograr esta meta mediante alianzas con finqueros, campesinos y productores locales. La propuesta de Poligrow a la población local incluye garantías de compra de los productos a los precios del mercado y capacitación técnica a los nuevos aliados (Poligrow 2014).
El caso de Poligrow y lo que la justicia decida hacer con ella es importante para analizar cuál es el modelo de desarrollo que ha de primar en el campo colombiano. Parece claro que Poligrow representa para unos, una visión en la que la agroindustria es el héroe del campo y hace las veces de colonizador en una región, llevando innovación, progreso, electricidad y empleo formal. Para sus contendientes, esta visión agroindustrial representa una amenaza a la agricultura tradicional de subsistencia, a la propiedad campesina de la tierra, al estilo de vida y a la autosuficiencia campesina.
· Moir – Movimiento Obrero Independiente Revolucionario. (2013). Las Compras Ilegales de Tierra: Un modelo de Corrupción en la Cúspide del Poder. – Intervención del Senador Jorge Enrique Robledo en la plenaria del congreso (13 de Agosto de 2013). Disponible online en: http://www.moir.org.co/Las-compras-ilegales-de-tierras-Un.html
· Municipio de Uribe – Meta. (2014). Nuestro Municipio. Disponible en: http://www.uribe-meta.gov.co/mapas_municipio.shtml?apc=bcMapas%20Pol%EDticos-1-&x=1785828
· PNUD – Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2011). Informe Nacional de Desarrollo Humano – Colombia Rural, Razones para la Esperanza. Bogotá, Colombia
· Poligrow. (2013). ¿Quiénes Somos? Disponible online en: http://www.poligrow.com/index.php?tpl=quienes
· Verdad Abierta. (2013). Tres Agroindustrias de los Llanos Compraron Tierras con Líos y Violencia. Disponible en: http://www.verdadabierta.com/tres-agroindustrias-de-los-llanos-compraron-tierras-con-lios-y-violencia#negocio