El trabajo que el ganadero realiza no es anda sencillo, pues la bravura es un término sumamente subjetivo, en el cual no todo el mundo se pone de acuerdo, por lo cual criar y seleccionar animales con este rasgo requiere tener un ojo crítico. Otras razas bovinas como el ganado Pardo Suizo, Holstein, Cebú, Angus, entre otros, surgieron de la laboriosa tarea de seleccionar genéticamente animales que tuvieran tantas cualidades en la producción de leche o que engordaran rápidamente y produjeran carne de buena calidad. Bajo estos criterios, en base a la producción cárnica o lechera se modificaron estas especies bovinas para dar con las razas productivas que conocemos hoy en día. El toro bravo, como las otras razas bovinas, también acusó de una selección genética, que en este caso se baso en el misterioso criterio de la bravura. La bravura como tal, es un elemento genético muy difícil de manejar a diferencia de las otras razas de vacunos, puesto que medir la producción en litros de leche o kilos de carne es fácil, pero conseguir aumentar la bravura es una tarea tortuosa y en efecto nada sencilla.
Las razas bovinas de la actualidad desprenden de dos especies de bovinos, él Bos Taurus y el Bos Indicus, como se les denomina etimológicamente. El Bos Indicus comprende las diversas especies que se desarrollaron en Asia y el Bos Taurus las especies que se desarrollaron en Europa. Dentro las las especies del Bos Taurus, encontramos algunas de las mencionadas anteriormente Pardo Suizo (leche), Holstein (leche), Hereford (carne), Simmental (carne y leche), pero también el Toro de Lidia. El predecesor de todas estas razas bovinas del Bos Taurus fue Auroch, el ganado nativo y salvaje que pastó por Europa miles de años hasta su extinción en el siglo XVI. El Auroch, fue cazado, capturado y domesticado por el hombre y a partir de eso surgen todas las razas, pero una de sus características era su fiereza que predominaba no por ser ganado bravo de verdad sino por ser ganado salvaje, en ciertos casos, que al no ser domesticado por el hombre todavía se rebelaba cuando era presionado. Este elemento, fue lo que hace más de 500 años atrajo a los que vendrían siendo los primeros ganaderos de toros bravos, que seleccionaron características de este animal entorno a la bravura y a mantener una sangre del antiguo Auroch que siguiera representado aquella lucha ancestral del hombre contra naturaleza.
Todo este cuento de historia de la proveniencia del toro bravo, comparándolo con la proveniencia de razas con las que comparten su mismo origen viene a ser relevante puesto que, seleccionar ganado de leche y carne fue una tarea relativamente sencilla comparado con la de seleccionar ganado bravo. Los bovinos tienen como instinto huir frente al peligro. Y en muy pocos casos alguno de estos animales intentaría defenderse, pues su instinto de supervivencia les sugiere correr del peligro antes que enfrentarlo. Por lo cual, esos los primeros ganaderos de toros bravos, hace algo más de quinientos años, seleccionaron solamente aquellos animales que ellos veían que, a diferencia de toda la manada de toros, no huían si no que se enfrentaban al peligro para intentar derrotarlo con su fuerza física y su cornamenta. Aquel toro que planta batalla, que no huye, que frente al castigo se crece, aquel toro que en una faena va de más a menos, y finalmente aquel toro que en su elemento más crudo como es la bravura y la fiereza, nos recuerda en mayor grado a su ancestro salvaje el Auroch.