Incluso Jorge Isaacs en su novela La María habla de la cacería de un tigrillo la cual resulta ser emocionante, se ve la naturaleza y mueren varios perros a mano del dicho tigrillo. Toda una aventura.
Desafortunadamente la caza se halla en un limbo jurídico en Colombia. No deberíamos negar un derecho que ha sido tan importante. Por ejemplo, Platón lo llamaba un “ejercicio divino”, para los francos era una actividad de la nobleza y prácticamente todas las culturas tenían una divinidad destinada a la caza. Este arte tiene muchos beneficios donde además de controlar las especies invasoras, también se busca su conservación. En Colombia aunque la caza es legal según el Decreto 1608 de 1978, la actividad sólo es ejercida en clubes y algunas comunidades indígenas de manera legal. No digo que cacemos nuestra fauna porque sea un deporte, sino más bien la necesidad de controlar la población de algunas especies. En estas se pueden incluir a las palomas, los peces león, la rana toro, entre otras que son perjudiciales para el medio ambiente. Además, promover los clubes de caza ayuda a la conservación. En Asia se salvó al Arowana de la extinción ya que cada ejemplar vale 20 mil dólares por lo cual además de la venta del mismo, se liberan varios a su entorno natural para promover su conservación. Lo mismo se podría en los clubes de caza donde se criaran algunos animales en peligro y a la vez se liberaran algunos a su hábitat natural para promover su conservación.
Es cierto que la caza sin regulación trae muchos problemas pero hecha adecuadamente ayuda a la conservación. En Arabia, el Orix era un antílope abundante durante el siglo XX por lo cual era cazado y estuvo a punto de la extinción. Hoy su población se ha recuperado gracias a los esfuerzos en ese sentido [1]. Casos como estos hay muchos ya que sin regulación, la caza tiende a ser excesiva y acabar con varias especies. Sin embargo, en Florida con la aparición de pitones se permitió la caza de las mismas, ayudando a reducir la población de estas especies tan perjudiciales para la fauna local[2]. Se debe rechazar cualquier intento de cazar animales en peligro de extinción como los jaguares, caimanes, entre otros, pero es necesario hacerlo para otros que resultan perjudiciales para el medio ambiente.
En Colombia debería ser legal cazar palomas sin tiempos de veda. En Lavaur, Francia es legal cazar palomas y aunque en principio dirán los animalistas que eso es malo, estos animales traen problemas sanitarios y materiales[3]. Se sabe que sus excrementos destruyen los monumentos además de que son nocivos para la salud humana y de otros animales. No más es ir a la Plaza de Bolívar para ver el daño que estas causan a la arquitectura. Dado su alto nivel de reproducción y adaptabilidad, no hay muchas probabilidades de que se extingan ya que especies como los zuros están presentes en todo el mundo. Por lo tanto reducir su población en Colombia no afectará el ecosistema. Incluso podría traer mejoras en áreas rurales donde estas compiten por el alimento con otras especies en peligro de extinción tales como los copetones.
La caza en Colombia está en un limbo. Aunque está permitida por el Decreto mencionado en la introducción, dadas las barreras culturales y ambientales para su implementación, esta no se acepta a tal punto que mucha gente cree que es ilegal. No sería descabellado empezar a proponer que se fomente la cacería de palomas para reducir su población la cual es perjudicial para las otras especies. Además, hablar con ciertos clubes para fomentar la conservación de ciertos animales es útil. Por ejemplo, mucho de estos usan extensiones sólo para cazar aves. Si se les dijera que criaran otras especies que no estén en peligro de extinción tales como siervos a cambio de permitirles cobrar por cada ciervo. Además, se les exigirían cuotas de animales tales como que por cada ciervo muerto deben criar y liberar otro en la naturaleza. Al ser de rápido crecimiento no habría problemas sobre trampas en los mismos.
Para terminar, la cacería es una forma interesante de tener otra actividad. Es polémica, pero si se controla puede promover la conservación de ciertas especies tanto eliminando especies invasoras como reduciendo las poblaciones elevadas de otras. Esto además de traer un beneficio económico al Estado vía impuestos también permitirá apoyar la conservación.
Es bueno saber: ¿Cuál era el pasatiempo más importante para Luis XVI?
Luis XVI, el rey de Francia que vivió la Revolución Francesa y el cual fue decapitado, era amante de la caza. Este Rey era un muy mal gobernante quien se dedicaba a cazar en vez de gobernar. Además de tener una situación muy complicada ya que Francia quedó en la quiebra luego de perder la guerra franco-india, su padre no buscó casar a sus 7 hijas, lo cual hizo que la Corona no tuviera alianzas en Europa. Además de ser mal gobernante, se iba de cacería casi todos los días. Cuando la asamblea francesa empezó a reformar la República, Luis XVI sólo decidió negociar con esta cuando se le prohibió salir a cazar en Versalles. Incluso cuentan que durante la Revolución, Luis XVI no se enteró del asalto de Versalles ya que andaba cazando.
Bibliografía
[1] Khaleej Times. Noviembre 11 de 2016. Silvia Radan .Sir Bani Yas: The most wonderful story of eco-tourism. Recurso electrónico. Consultado en http://www.khaleejtimes.com/nation/abu-dhabi/sir-bani-yas-the-most-wonderful-story-of-eco-tourism
[2] Wired. Laura Mallonne. Septiembre 13 de 2016. Florida has a competition to hunt pythons. Recurso electrónico. Consultado en https://www.wired.com/2016/09/dylan-johnston-python-hunt/
[3] La Depeche. 6 de Febrero de 2016. La chasse aux pigeons ouverte en centre ville. Recurso electrónico. Consultado en http://www.ladepeche.fr/article/2016/02/06/2271357-la-chasse-aux-pigeons-ouverte-en-centre-ville.html